Los nuevos emprendedores prefieren abrir sus locales sin los permisos debidos y a veces con acuerdos extraoficiales, en lugar de atravesar el ‘calvario’ de al menos cinco oficinas diferentes

Chihuahua, Chih.- El desierto de Chihuahua, el más extenso de América del Norte, parecería ser motivo suficiente para desincentivar a cualquier persona a habitarlo, pero a muy pocos kilómetros una ciudad se erigió: Chihuahua. Los incansables que vencieron al desierto, emprendedores natos que han peleado toda su vida contra la naturaleza para ganarse su lugar, hoy se enfrentan a un nuevo reto: los trámites para abrir un negocio y la informalidad.

Marcela, así prefiere ser nombrada, no cuenta con un solo documento que sustente legalmente su negocio en el que desde junio de 2021 invierte y trabaja. Desconoce si tiene que estar registrada como contribuyente, si debe contar con permisos o si debe pagar alguna cuota. La experiencia de haber trabajado en el mismo giro durante siete años le bastó para abrir su negocio.

Ella rentó su local en una zona con muy buena proyección, pero hasta el momento de ser entrevistada nadie del municipio había reparado en su negocio ni le habían exigido nada; el único inconveniente al que se ha enfrentado fue una lluvia torrencial que estropeó su establecimiento, al cual va arreglando de nuevo. Y como esta, hay miles de historias más de informalidad.

Bienvenido al laberinto municipal

«N’ombre, hasta abrir unos abarrotes es muy complicado, aunque las autoridades digan que dan muchas facilidades, en lugar de sugerirte cómo hacer las cosas y llenar los papeles, te dicen ‘ya te equivocaste’, ‘aquí no debía escribirse’ y ‘ahí te va tanto de multa’”, comenta José Guerrero Alderete, director de la CámaraNacional de Comercios en Pequeño, Servicios y Turismo (Canacope) en Chihuahua.

Guerrero revela que cuando un micro o pequeño emprendedor decide hacerse de un negocio propio puede tardar, en el mejor de los casos, 15 días, pero el plazo puede extenderse hasta medio año. “Es muy lento, en lo que el interesado va a una dependencia, luego a otra y luego que le vayan a revisar el lugar. Muchos de los emprendedores no tienen ni la estructura ni el conocimiento de todos esos trámites”, agrega.

Recientemente Moisés abrió un negocio de burritos, y sabe que la burocracia impera en el procedimiento para operar un local. “Es mucho el tiempo que te hacen perder porque piden ciertas cosas y te dicen ‘venga para acá’, luego: ‘acérquese allá, le falta esto, lo otro, aquí no es, es allá, que si el dueño, si el que renta, si el que pide, si el que recibe, si es patrón, si es empleado’ y por todo quieren cobrar”, resume.

Según los testimonios, el camino resulta largo y sinuoso para quien quiere abrir un negocio en este municipio, aunque cuentan con Sistema de Apertura Rápida de Empresas (SARE). Los problemas empiezan con la dificultad de obtener una cita y posterior registro ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Pero ese apenas es el principio de un laberinto que incluye ir a las oficinas del municipio con comprobantes recientes, identificaciones oficiales, acreditaciones de impuesto predial, plano catastral dado por un perito, programa interno de Protección Civil, aforo y número de empleados, descripción del inmueble, del giro y las actividades que se realizan, listado de productos peligrosos, capacidad de almacenaje, tipo de gas que se utiliza, datos sobre el sistema y equipo de comunicación, de alarma, un plan de evacuación y brigadas, procedimientos para casos de emergencia o contingencia, entre otros requisitos.

Además, dependiendo del giro, hay que obtener permisos de uso de suelo, de protección civil, registrarse ante el municipio, ante el estado y como opción personal, es posible afiliarse a alguna de las cámaras empresariales.

Esto, por supuesto, incentiva a quienes hacen negocio con la tramitología, los intermediarios. “¿Coyotes? Sí, claro que hay y en todas las oficinas”, enfatiza Guerrero. “Te dicen: ‘yo te ayudo con esto o con lo otro’ y claro que te cobran una buena cantidad. Como los nuevos empresarios no saben muchas cosas, estos intermediarios se aprovechan de ellos, pues ya conocen los procedimientos o tienen gente dentro de las dependencias”.

Ventanilla única que ahorre tiempo y dinero

“Un micro y pequeño empresario puede extenderse hasta seismeses desde que hace sus primeros movimientos hasta que ve su sueño hecho realidad”, confirma el presidente de Canaco Chihuahua, Edibray Gómez Gallegos, quien ya tuvo acercamientos con Marco Bonilla Mendoza, presidente municipal desde septiembre de 2021, para solicitarle la creación de una Ventanilla Única que evite vueltas y esperas excesivas en el trámite de apertura de negocios.

Aunque desde 2017 existe el SARE –que en teoría cuenta con una ventanilla semejante–, Gómez Gallegos no la considera una herramienta de apoyo.

La importancia de la Ventanilla Única, aduce el representante, es “porque te piden el permiso de uso de suelo y luego vas a hacer el contrato para el servicio del agua y luego el de energía eléctrica, el alta en gobierno, en el municipio, en el SAT y, si vas a tener trabajadores, ante el Seguro Social. Necesitamos que el empresario haga los trámites en un solo lugar y no ande de oficina en oficina”.

Pero no sólo ayudará a disminuir en tiempo y esfuerzo a quienes desean emprender, sino también a recortar los costos. Guerrero, de Canacope, señala que lo más tedioso y costoso es el permiso de uso de suelo que ronda los 6,000 pesos, que se suma al de Protección Civil y el de Gobernación, unos 3,000 más.

Este líder afirma que sólo en 2021 han cerrado aproximadamente 900 negocios pequeños, aunque usualmente abren, con un nuevo giro, al menos la mitad de los que cierran.

En la situación actual de Chihuahua, ante la falta de una ventanilla única y la inoperancia del SARE, todo aquel que quiera emprender un micro o pequeño negocio en este municipio debe contar con un capital mínimo de 10,000 pesos sólo para la apertura, armarse de paciencia y tiempo esperando encontrar un pequeño oasis para que su negocio prospere y si eso no resulta, siempre puede recurrir a los coyotes.

Este reportaje forma parte de la serie  «La odisea de abrir un micronegocio en México», coordinada por Ethos, Laboratorio de Políticas Públicas.

Artículo extraído de: https://www.eldiariodechihuahua.mx

Escrito por: Colaboración especial de Ethos, Laboratorio de Políticas Públicas / El Diario

Enlace del artículo original: https://bit.ly/3td0TZT