La Comisión Nacional del Agua (Conagua) pronostica que para la Temporada de Lluvias y Ciclones Tropicales 2022 sucederán entre 14 y 19 de estos fenómenos meteorológicos en el océano Pacífico; mientras que en el Atlántico habrán entre 16 y 21. Estas cifras, de acuerdo con el organismo estatal, “representan un mayor número que lo habitual” y añadió que “del total de ciclones que se prevé se pudieran formar en el Pacífico y en el Atlántico, se estima que alrededor de 5 podrían impactar al territorio nacional”.

Germán Arturo Martínez Santoyo, titular de la Conagua, apuntó en un comunicado de prensa que “los pronósticos meteorológicos y reportes de niveles del agua en cauces y presas, apoyan en la toma de decisiones” y llamó a “implementar tareas de previsión y protección a la población que pudieran ser afectada por fenómenos meteorológicos”.

Para Christian Domínguez Sarmiento, investigadora del Departamento de Ciencias Atmosféricas del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, el pronóstico divulgado determina “un cierto número de cuántos ciclones va a haber en total en toda la cuenca (en el Golfo de México, en el Mar Caribe, también tenemos toda la parte de Atlántico que viene desde África)”.

“Este número que se proporciona por diferentes entidades  puede variar dependiendo de los métodos que ocupen, por ejemplo, unos pueden decir 16, otros 20. El promedio de los CTs que existen en el Atlántico es de 14 ciclones tropicales por temporada (considerando el periodo de 1990-2020). La temporada de ciclones tropicales inicia el 15 de mayo en el Océano Pacífico y el 1 de junio en el Océano Atlántico. Por lo que, el pronóstico emitido por el Servicio Meteorológico Nacional, señalando la ocurrencia de entre 16 o 20 ciclones tropicales, indica que será una temporada con un número mayor al promedio, en otras palabras, que será activa. Otras entidades, como la Universidad estatal de Colorado que siempre hace su pronóstico, dicen que serán 19 ciclones tropicales. La NOAA (Oficicina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica) pronostica que serán entre 14 y 21”, subrayó la académica.

Asimismo, explicó, “este incremento que vemos sobre el promedio es debido a una oscilación climática que se llama El Niño-Oscilación del Sur, siendo “La Niña” su fase fría. La Niña está todavía presente durante estos meses y fue la culpable de la sequía meteorológica que tenemos en el norte del país. Los efectos de esta fase fría en el clima de México varían dependiendo de si es verano o invierno. Durante verano, hace que haya más ciclones tropicales de los que en promedio existen en el Océano Atlántico, principalmente en el Mar Caribe y en el Golfo de México. Así, las temporadas que tienen un número mayor al promedio se definen como activas. Sin embargo, es necesario comentar que los números pronosticados por las diversas entidades, entre ellas el Servicio Meteorológico Nacional, es para toda la cuenca del Atlántico”.

Prevención, indispensable

La especialista universitaria recalcó que los ciclones tropicales que han afectado históricamente a México son, en su mayoría, depresiones tropicales, tormentas tropicales y huracanes categoría 1 y 2. “En nuestro país, las lluvias asociadas a estos sistemas constituyen la peligrosidad más importante, porque producen inundaciones y deslizamientos de ladera. La historia es muy diferente para la costa sureste de los Estados Unidos de América, país donde se creó la escala que sirve para clasificar a los ciclones tropicales –la Saffir-Simpson–, de acuerdo sus vientos máximos sostenidos a 10 metros de altura desde la superficie. En México, cerca de la costa este y oeste del país encontramos la Sierra Madre Oriental y la Sierra Madre Occidental. Los ciclones tropicales que llegan a estas costas se degradan muy rápido, porque la fricción producida por la orografía hace que empiecen a disiparse. Sin embargo, dejan mucha lluvia a su paso que produce inundaciones y deslaves. Ahí está el punto principal, para México el término de peligrosidad se debe principalmente a las lluvias extremas”.

Cabe resaltar que la tendencia de los últimos 36 años, explicó la investigadora, es que los ciclones tropicales están produciendo una mayor precipitación en el noroeste del país, la península de Yucatán y en la parte sur de Veracruz y Tabasco.

“La tendencia es positiva, los ciclones tropicales que tocan tierra en México están produciendo más lluvia”, argumentó y añadió: “se sabe a nivel mundial que, en la cuenca del Atlántico, la intensidad de los ciclones tropicales está incrementando, pero no su frecuencia. No es que sean más ciclones tropicales en el Océano Atlántico, sino que son más destructivos”.

El aumento en la precipitación en distintas zonas del país hace indispensable prevenir los posibles daños asociados a estos fenómenos tropicales: “Es responsabilidad de todos mantenernos informados y checar el pronóstico meteorológico, que es diferente al pronóstico climático en donde se proporciona solamente un número durante una temporada para toda una cuenca oceánica. El pronóstico meteorológico indica específicamente la trayectoria de por dónde se va ir el ciclón”.

De acuerdo con el estudio Medición De La Pobreza En México difundido por el CONEVAL en 2020, 8.5% de los mexicanos viven en pobreza extrema, 43.9% en pobreza y 23.7% es vulnerable por carencias sociales.

Estos números, anotó Domínguez Sarmiento, “significan que sus casas no van a soportar los vientos asociados a cualquier ciclón tropical, principalmente los que están asentados cercanos a la costa. Las casas que tienen techos de lámina o cartón son afectadas cada vez que pasa una depresión o una tormenta, porque rápidamente vuelan los techos. Además, la lluvia también les afecta mucho. Los registros históricos señalan, como decía, que los impactos están mayormente asociados a las lluvias que producen inundaciones y deslaves. Estas peligrosidades, junto con las vulnerabilidades intrínsecas del país, hacen que una tormenta o una depresión tropical tengan impactos socioeconómicos asociados, incluso muertes. No necesitamos que los ciclones tropicales sean muy intensos para tener desastres en el país”.

“Me parece lamentable que cada vez que hay una temporada de ciclones tropicales muy activa, ya sea en el Océano Atlántico y en el Océano Pacífico, los costos crecen muchísimo. Por ejemplo, el 2010 y el 2013 fueron años en los que varios ciclones tropicales afectaron a México. La vulnerabilidad es grande por el nivel socioeconómico que tiene la población. Las muertes han disminuido gracias a la creación del sistema de alerta temprana para ciclones tropicales en el año 2000. Sin embargo, se ha observado una tendencia de incremento en el número de muertes asociadas a los deslaves producidos por las lluvias extremas de los ciclones tropicales. Protección Civil es el organismo encargado de los alertamientos y organizar las evacuaciones. Por lo que se recomienda a la población permanecer informada acerca de los pronósticos meteorológicos y de los alertamientos emitidos por protección civil”.

Artículo extraído de: https://unamglobal.unam.mx

Escrito por: Rafael Paz / Myrian Nuñez

Enlace del artículo original: https://bit.ly/3928hkI