La Ciudad de México, el Estado de México, Jalisco y Tamaulipas son las entidades federativas donde más se ha concentrado la conflictividad sindical. Por sectores, la industria automotriz y la de autopartes son las que encabezan la mayor tasa de emplazamientos a huelga.
Analizando el nivel de legitimación de contratos colectivos de trabajo (CCT) logrado a la fecha, está claro que el 1 de mayo del 2023 entraremos en una etapa completamente diferente a lo vivido en los últimos treinta años en materia laboral en el país.
Según las cifras del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, cerca de 12,600 contratos colectivos han sido aprobados por el 50% más uno de los trabajadores cubiertos. En contraste, más de 125,000 contratos corren el riesgo de expirar llegado el fin del plazo de la implementación de la reforma laboral si no son legitimados, de acuerdo con las nuevas cifras emitidas presentadas por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) sobre el total de CCT registrados.
Por otro lado, el incremento del salario mínimo, el cambio en la regulación de vacaciones y en las cesantías han generado un importante impacto en las empresas, no sólo en lo económico sino también en la tendencia de las revisiones de CCT y la conflictividad asociada a ellas.
Analizando el mapa de riesgo laboral elaborado por la firma De la Vega & Martínez Rojas, se observa que esta conflictividad ha estado concentrada principalmente en la Ciudad de México, el Estado de México, Jalisco y Tamaulipas. Llama la atención esta última entidad, dado que el número de conflictos, legitimaciones fallidas y revisiones complejas por número de trabajadores es el más alto de la República.
En este mismo mapa podemos observar que por sector, el automotriz y el de autopartes son los que reportan una mayor tasa de emplazamientos a huelga, así como mayores promedios de incremento salarial por cuenta de la revisión de contratos colectivos. Por lo que claramente va tomando forma el efecto que se esperaba de los capítulos laborales en la industria mexicana.
Frente a esto, estamos identificando una fuerte tendencia en cuanto al impacto de los sindicatos independientes, cuyas revisiones tienen una tendencia de enfocarse más en los incrementos salariales y menos en los beneficios, buscando generar bonos adicionales para los trabajadores que les generen más efectivo.
Con este panorama, las empresas están evolucionando sus estrategias laborales a tres prácticas muy concretas para hacer frente a estos desafíos:
1. Comunicar ya no basta
Hoy las revisiones colectivas requieren de una total apertura a la información, pero no sólo para que los trabajadores logren tener mayor sensibilidad de las posibilidades económicas de las empresas, sino también para que las empresas y sindicatos conozcan de primera mano las prioridades e intereses de sus agremiados en cuanto a la mejora de condiciones colectivas. Vemos, por ejemplo, sindicatos que impulsan la reducción de la jornada en las revisiones, cuando la expectativa del trabajador está más enfocada en el incremento salarial.
2. Más transparente es más seguro
Los esquemas de revisión donde algunos pocos representantes de los trabajadores acordaban los incrementos y nuevos beneficios, está totalmente destinado a desaparecer. Hoy hablamos de comisiones de trabajadores significativas en términos de representatividad, mesas abiertas y mucha información, lo que permite preparar un mejor escenario para la consulta.
3. Si no sabes lo que pierdes, no sabes lo que estás ganando
Muchas consultas que terminan con un resultado negativo muestran que los trabajadores no comprenden el riesgo que genera la huelga y por eso votan pensando que eso presionará por una revisión con mayor incremento, así las condiciones acordadas sean positivas y justas. Por lo anterior, necesitamos hablar abierta y transparentemente a los trabajadores, con ánimo de informarlos sobre las implicaciones de afectar la fuente de trabajo, de la necesidad de asumir la revisión con responsabilidad y, sobre todo, con visión de largo plazo. La huelga es un derecho de los trabajadores y como tal es una herramienta que se debe usar con conciencia, pues en ocasiones es una medida justificada.
Con este panorama, será fundamental asegurar que todos los actores del proceso estén preparados y conscientes del rol fundamental que juegan, no sólo en las revisiones de los contratos colectivos, sino también en la competitividad del país frente a la inversión extranjera y el futuro del empleo en México.
Artículo extraído de: https://www.eleconomista.com.mx
Escrito por: Blanya Correal Sarmiento
Enlace del artículo original: https://bit.ly/400EbUf