Un vecino de la colonia San José Insurgentes, en el extremo poniente de la alcaldía Benito Juárez, descubrió el atlas de riesgo de la demarcación, mismo que buscó por años para poder desarrollar, junto a sus vecinos, un atlas de su colonia. Hoy sabe que la alcaldía lo escondió para favorecer los negocios inmobiliarios.
Después de años de buscar y buscar, Hugo Gozález, vecino de la alcaldía Benito Juárez, encontró el Atlas de Riesgo de la demarcación, un instrumento que permite identificar zonas en peligro o vulnerabilidad ante desastres naturales que se deben tomar en cuenta para decidir sobre la planeación urbana de la misma.
Dicho instrumento no está ni estaba disponible en la página de internet de la Alcaldía. Fue dado a conocer hasta finales de 2017, cuando la jefatura de gobierno publicó los atlas de las alcaldías que tenía registrados. Sin embargo, en 2012, cuando Jorge Romero fue delegado de la demarcación, Hugo lo buscó y no tuvo acceso a él.
El vecino de la colonia San José Insurgentes, ubicada en el extremo poniente de la alcaldía, empezó a interesarse en el Atlas cuando se dio cuenta que se planeaba un gigantesco paso a desnivel cerca de su colonia: el paso deprimido de Mixcoac, desde mediados de 2014.
Hugo González Liquidano, se ha involucrado en el desarrollo y cuidado comunitario de su colonia desde hace más de una década. El rescate del parque de La Bola fue una iniciativa de la que él formó parte. También de otros proyectos de resguardo y rescate de banquetas y espacios públicos.
“Antes nadie pasaba al parque, porque decían que se caían, que estaba muy oscuro, tampoco lo usaban porque decían que era muy peligroso pasar por él. Así, con el Comité Vecinal fue que decidimos meternos con el dinero de los parquímetros y arreglar el corredor. Hay una parte B, que no la hemos hecho, porque nos deben cerca de 6 millones de pesos, pero ya lo estamos arreglando”, dice mientras habla del parque que da muestra de su compromiso y el de otros vecinos.
Hugo lleva 35 años viviendo en esta colonia, estudió Economía y Sociología Urbana y dedicó su vida al desarrollo de planes urbanos y al cálculo de impactos ambientales de otras obras. Los planos y los atlas no le son ajenos.
“Todo empezó cuando hicieron el deprimido. Vimos que tenía, entre otras, una entrada por este parque y otra por una calle aledaña y nosotros queríamos decir que no queríamos que hubiera entrada al deprimido. Después de que nos opusimos empezaron a buscar en otras colonias”, cuenta al respecto.
Él junto con otro grupos de vecinos empezaron a buscar los planes de desarrollo urbano y otros documentos de la colonia y de la zona. Cuando Hugo empezó a escudriñarlos, se dio cuenta que la Torre Manacar, que se erigió junto al paso a desnivel, puede tener problemas de cimentación por su cercanía con el paso vehicular.
“Cuando hicieron el deprimido tenían bronca con la cimentación de ambas cosas. El caso es que, según vi, los cimientos de uno y de otro se estorban. Sobre todo porque el paso a desnivel usa el antiguo cauce del río”, dice alarmado. Después, con más calma, volteando la mirada al suelo, y un tono profundo, añade: “No me preguntes qué puede pasar”.
Fue entonces que Hugo pensó que se podría generar un Atlas de Riesgo de su colonia, un proceso largo y que requiere del trabajo de diferentes especialistas y la armonización de mapas y bases de datos. Sobre todo porque en su colonia hay una buena cantidad de edificios que están fuera de las normas de construcción, que en la colonia debería de ser de cuatro niveles en vías primarias (dos calles de la colonia) y tres niveles de uso habitacional con 20 por ciento de área libre y densidad baja para el resto. Sin embargo, en la San José Insurgentes se levantan algunas torrecillas de departamentos, de 6 u 8 pisos. Todas a los pies de los 30 pisos de la Torre Manacar que se levantan al otro lado del Circuito Interior.
“Cuando iniciamos esto, fui a la entonces delegación para hablar con Ángel Luna Pacheco, el de Protección Civil de la Alcaldía. Le dije que nosotros íbamos a hacer en ese momento un Atlas de riesgo, aunque ahora creemos que debe ser de gestión de riesgo y protección civil”, cuenta Hugo.
“¡No, ojalá, qué padre! Nos organizamos y vemos como le hacemos para hacerlo”, le respondió Luna Pacheco.
“Es que para hacerlo, necesitamos el Atlas de la Benito Juárez”, le dijo después de la efusiva respuesta. En ese momento a Luna Pacheco le cambió el rostro. “Es que está un poco complicado”, respondió. Después de pensarlo, añadió “Vente la semana que viene. Mientras le voy a decir a Jorge (Romero), porque es algo que tiene que ver él”.
La semana siguiente nunca llegó, ni tampoco la respuesta del entonces delegado.
“La verdad es que yo creo que no quisieron publicarlo en ese entonces porque interfería con los planes del mercado inmobiliario que se habían trazado desde entonces. Mientras, nosotros no tenemos atlas, no tenemos idea de para dónde correr o no en un caso de emergencia, ni tampoco en donde sí construir y cómo.
Artículo extraído de: https://piedepagina.mx
Escrito por: Arturo Contreras Camero
Enlace del artículo original: https://bit.ly/3nZ0tHn
Ilustración: Peggy Marco / PIXABAY