El 18% de los directivos de recursos humanos esperaban una mayor tasa de renuncia ante los planes de regreso a la oficina. El 37% reconoce que tuvieron que despedir a los empleados ante la aceptación de la vuelta a la oficina

Desde el final de las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia, las empresas no han hecho más que presionar a sus empleados para que volvieran a sus oficinas. Esa insistencia se daba incluso cuando el teletrabajo estaba ahorrando costes a las empresas e incrementando su productividad.

Se confirman las sospechas: era un despido encubierto. La insistencia ilógica hizo sospechar a muchos empleados que los motivos reales para endurecer su vuelta a la oficina no eran los de cohesión de equipos e impulso a la creatividad como argumentaban sus directivos, sino que había oscuros motivos detrás.

Algunos expertos apuntaban a la pérdida de valor de las inversiones inmobiliarias de las oficinas, otros a que los directivos querían recuperar el control sobre sus equipos, e incluso había quien se atrevió a apuntar a la inadaptación de los supervisores al nuevo escenario en remoto. Los empleados de Dell, sin embargo, parecieron tenerlo muy claro al señalar la caótica vuelta a la oficina de su empresa como un despido encubierto.

Los responsables de recursos humanos lo confirman. Nuestros compañeros de Genbeta se hacen eco de una encuesta impulsada por la empresa de software BambooHR. Esta encuesta concluye que, el verdadero motivo por el que las empresas podrían haber acelerado y endurecido las políticas de regreso a las oficinas, fue para forzar que los empleados a renunciar a sus empleos.

Los datos de la encuesta apuntan a que uno de cada cinco gerentes de recursos humanos (18%) esperaba un incremento en la rotación voluntaria al implementar un plan de vuelta a la oficina. De ese modo, las empresas podrían hacer frente a una reducción de sus plantillas, que se habían sobredimensionado durante la pandemia.

Mejor acogida de la esperada. No obstante, su estrategia no les salió según lo planeado y menos empleados de los que calcularon decidieron renunciar a sus empleos. El 37% de los gerentes encuestados confirmaron que sus empresas tuvieron que despedir a empleados tras implementar una política de vuelta a las oficinas, teniendo que asumir los costes por despido.

De hecho, el 22% de los profesionales de recursos humanos consultados por la encuesta reconoce que la empresa no tenía una métrica para medir el éxito de la política de vuelta a la oficina. No la necesitaban porque el objetivo era otro. “Si [las empresas] realmente tuvieran buenos mecanismos de rendimiento, no tendrían que depender de una estrategia de regreso a la oficina para despedir a la gente”, declaró Anita Grantham, jefa de recursos humanos de BambooHR a Forbes.

De hecho, el 22% de los profesionales de recursos humanos consultados por la encuesta reconoce que la empresa no tenía una métrica para medir el éxito de la política de vuelta a la oficina. No la necesitaban porque el objetivo era otro. “Si [las empresas] realmente tuvieran buenos mecanismos de rendimiento, no tendrían que depender de una estrategia de regreso a la oficina para despedir a la gente”, declaró Anita Grantham, jefa de recursos humanos de BambooHR a Forbes.

Artículo extraído de: https://www.xataka.com

Escrito por: Rubén Andrés

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Fotografía: StockSnap PIXABAY