La aprobación de la reforma para erradicar la brecha salarial por género sólo es el principio para solucionar este gran problema.
La Cámara de Diputados aprobó el dictamen el paquete de reformas para la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, la cual incluye el cierre de la brecha salarial de género. Con ello, México avanza en el reconocimiento de la inequidad en los sueldos, pero queda camino por recorrer en acciones concretas, como programas o políticas públicas que logren la paridad en esta asignatura.
En ese sentido, si bien depende de muchos factores propios de cada país, la experiencia internacional permite identificar las buenas prácticas que han implementado algunos países para lograr reducir la brecha salarial de género.
Primero que nada, es importante advertir que el reto no es menor, el Foro Económico Mundial asegura la desigualdad de género más difícil de erradicar es la económica, pues según sus últimos datos, tardará 151 años en cerrarse, mientras que las otras brechas tomarían 132 años en disminuirse.
El Foro Económico Mundial tiene un programa donde los países establecen Aceleradores de Paridad de Género que se centran en aumentar el número de mujeres en puestos de liderazgo; reducir las diferencias salariales con los hombres; aumentar la participación laboral femenina e integrar la paridad de género en el futuro del trabajo.
Los países con mayor reducción de las brechas
El Informe Global sobre la Brecha de Género 2022 del Foro Económico Mundial establece que las 10 principales economías del mundo han logrado reducir sus brechas en más de 80% y es Islandia la que encabeza la clasificación, además de ser la única que ha cerrado más de 90% su disparidad.
¿Cuáles son los principales factores de éxito detrás de estos números? De acuerdo con Joeli Brearley, autora de «The Motherhood Penalty (La penalización de la maternidad)», el gran cambio para Islandia en términos de igualdad de género fue lograr una distribución justa del trabajo no remunerado.
«Cuando el 90% de las mujeres se declararon en huelga por esto en la década de 1970, se demostró a los hombres que hay valor en este trabajo, que no pueden hacer su trabajo sin él. Ese fue el gran cambio para Islandia en términos de igualdad de género», refiere la especialista en el tema.
De hecho, el Informe Mundial sobre la Brecha de Género reveló que, entre 33 países que representan el 54% de la población en edad de trabajar, los hombres dedican solo un tercio del tiempo que las mujeres destinan al trabajo no remunerado, como proporción del trabajo total, es decir, 19% frente a 55 por ciento.
La penalización de la maternidad es un término acuñado por los sociólogos para describir la desventaja sistemática que las mujeres encuentran en el lugar del trabajo cuando se convierten en madres, en términos de salario, competencia percibida y beneficios en comparación con otros trabajadores.
Joeli Brearley dice que la penalización de la maternidad representa 80% de la brecha salarial de género, y realmente se trata de todas estas barreras con las que las mujeres se topan cuando intentan tener hijos y una carrera.
“Si tienes hijos, tu función principal es ser madre. Hemos pasado siglos en el mundo occidental en particular viendo a las mujeres como madres. Existen estos prejuicios profundamente arraigados hacia las mujeres: desde el momento en que se quedan embarazadas, se las ve como distraídas y poco comprometidas con sus trabajos”, refiere.
La redistribución de los cuidados, el primer cambio
Para la autora de la Penalización de la maternidad, el hecho de que muchas mujeres soliciten trabajar de manera flexible y a tiempo parcial, significa recibir un salario más bajo y la mitad de las probabilidades de ser ascendidas, que si trabajas a tiempo completo.
“Así que todo se interrelaciona, todo el trabajo doméstico que estamos haciendo es una gran parte de la penalización de la maternidad”, advierte.
Sin embargo, indica la especialista, el trabajo no remunerado tiene un valor económico y debe ser respetado y valorado por todos, sin éste los hombres no podrían trabajar, no se tendrían industrias.
“Creo que la única forma en que nos aseguraremos de que los papás pasen más tiempo con sus hijos es mediante la delimitación y el pago adecuado de la licencia de paternidad”.
Un estudio en Suecia encontró que por cada mes de licencia de paternidad que toman los papás y las madres, los salarios aumentan 7 por ciento. Tiene un impacto enorme en la penalización de la maternidad.
De esta manera, existe una enorme brecha de habilidades, hay mujeres que quieren trabajar desesperadamente, si encuentras una solución a sus problemas de cuidado infantil, la contratación se disparará, dice Joeli Brearley.
Las empresas deben apoyar esquemas flexibibles, es decir, trabajar tres días a la semana, hacer un trabajo compartido, ayudará a reducir esa brecha salarial de género que está apalancada en los cuidados.
La tercera acción que propone es pagar adecuadamente la licencia de maternidad y animar a los papás trabajadores a usar los permisos de paternidad.
Artículo extraído de: https://www.eleconomista.com.mx
Escrito por: Sonia Soto
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