Las tendencias globales y el interés del gobierno colocan en un escenario real la reducción del tiempo de trabajo en el país.
La reducción de la jornada laboral en México es un escenario real, “la pregunta no es si ocurrirá o no, sino, ¿cuándo sucederá?”, afirmó Alejandro Caro, socio de Servicios de Asesoría-Laboral de EY México. A decir del especialista, además del interés legislativo y gubernamental, la disminución del tiempo de trabajo es una tendencia global, ambos factores colocan la semana de 40 horas en un escenario posible.
“Todo parece indicar que sucederá en el corto plazo, no podemos decir con certeza si será en este periodo de sesiones o en el siguiente, pero ya es algo que está siendo discutido, y creemos que va a suceder. En cuanto al cómo sucederá, la tendencia de las iniciativas ha sido a añadir flexibilidad y gradualidad (…) el diálogo se está dando y es problema que veamos algo más flexible que el inicio de la discusión”, dijo durante el panel Perspectivas sobre la gestión de jornadas laborales en el entorno actual en México, convocado por EY.
Hasta ahora los esfuerzos legislativos se han concentrado en la Cámara de Diputados, en la actual legislatura ya se acumulan cuatro proyectos de reforma constitucional para reconocer el derecho a dos días de descanso por cada cinco de trabajo, lo que se traduce en una reducción de 48 a 40 horas en el límite legal de horas por semana.
“La reforma de reducción de la jornada fue uno de los puntos que destacó la presidenta Claudia Sheinbaum en sus primeros 100 días de gobierno, si bien es cierto que hay iniciativas, también vemos a un frente de sector empresarial y de sindicatos que piden diálogo social, esperemos que existan nuevamente parlamentos abiertos para discutir de una forma clara y transparente, y las partes lleguen a un consenso”, apuntó Jacqueline Álvarez, socio de Servicios de Asesoría-Laboral de EY.
Además de esto, la especialista destacó que desde 1935 el Convenio 47 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece “que las jornadas de trabajo deben ser de 48 a 40 horas para mantener la salud y el bienestar en el trabajo”. Y aunque México no tiene ratificado el convenio, puede ser útil para la implementación de una disminución del tiempo de trabajo en el país.
La discusión de la semana de 40 horas inició en la legislatura pasada, luego de que la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara Baja aprobó un dictamen en este sentido, aunque la votación no llegó al pleno. Sin embargo, los foros de Parlamento Abierto convocados para analizar la propuesta tuvieron como conclusión la importancia de construir un régimen transitorio.
Chile y Colombia son las últimas economías de Latinoamérica que redujeron su jornada laboral, ambos países se encuentran en una transición gradual para disminuir su límite legal de horas de trabajo.
Para Luis Peña, socio de Servicios de Asesoría-Seguridad Social y Nómina de la firma, la disminución del tiempo de trabajo ocurrirá con o sin reforma, pues la demanda en el mercado laboral es por jornadas más cortas. “Las empresas están adaptando sus procesos y gestión para ofrecer trabajo en formatos diferentes, y si esa demanda sigue creciendo, será necesario que las empresas que busquen talento ofrezcan jornadas menores a 48 horas”.
A decir del especialista, la discusión en torno al tiempo de trabajo es también una oportunidad para que las compañías replanteen sus procesos y busquen ser más productivas con menos tiempo. “Lo que preocupa un poco es que las acciones que vienen a la mente es contratar más personas o extender las jornadas de manera extraordinaria, pero la tercera opción es optimizar procesos y revisar espacios donde cabe la tecnología, y la forma en la que administramos el trabajo”.
Las penas por extensión de jornada, lo que ya opera
Una reforma que ya está operando, es la penalización por el abuso de tiempo extraordinario. La última modificación a la Ley de Trata de Personas elevó a rango de delito de explotación laboral las jornadas de trabajo que exceden los límites legales, una acción que se castiga con cárcel.
“Es muy común que como el incentivo es el pago doble y triple se utilice como un mecanismo ordinario de compensación, cuando la naturaleza del tiempo extra no es compensar, sino en situaciones extraordinarias”, afirmó Alejandro Caro.
Sin embargo, puntualizó que las horas extras no deben ser un mecanismo ordinario, sino una manera de hacer frente a circunstancias extraordinarias en el negocio.
En ese sentido, Jacqueline Álvarez consideró que esta disposición tiene como objetivo “la dignidad humana” y hay que percibirla de esta manera para ofrecer condiciones sanas a los trabajadores, eso incluye el tiempo de trabajo.
“Las organizaciones deben hacer un análisis de las áreas donde se paga más del tiempo extra constantemente, esto viene desde la operación. Entendiendo que viene desde la base operativa, se pueden diseñar estrategias que permitan a la empresa migrar a modelos operativos donde no estemos bajo este escenario”, dijo la especialista.
Otras acciones frente a la penalización de la extensión del tiempo extra, es revisar los reglamentos internos de trabajo, capacitar a todo el personal (incluyendo mandos medios y gerencia) y tener un buzón de quejas, apuntó.
Artículo extraído de: https://www.eleconomista.com.mx
Escrito por: Gerardo Hernández
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