La muerte de Alberto Clavijo durante un concierto de RBD realizado en el Parque Bicentenario el pasado 21 de julio reveló una serie de irregularidades en la operación del centro recreativo, que Aristegui Noticias ha podido constatar.
El fotógrafo español de 32 años falleció tras pisar un falso plafón que no estaba señalizado.
El evento, organizado por la marca de bebidas alcohólicas Smirnoff, se realizó en un edificio que anteriormente era el Museo de la Refinería. Por lo tanto, dicho espacio estaba adaptado para tales fines y no para eventos sociales, como la presentación del grupo de pop mexicano.
La muerte de Clavijo fue informada por Daniel Bisoño, quien dijo que falleció tras caer de una tarima de cuatro pisos al pisar un plafón falso. El conductor denunció que en el sitio no se colocó letrero o señalización alguna que advirtiera ‘Peligro’ o ‘Cuidado’. Además, afirmó que, al tratar de entrar los equipos de emergencia, estos no podían acceder al lugar por la falta de protocolos y la multitud, que rebasó el aforo esperado.
Clavijo fue trasladado al hospital más cercano por paramédicos. Sin embargo, perdió la vida.
Aristegui Noticias intentó contactar a la administración del parque para conocer su versión de los hechos, pero el sitio no dio comentarios sobre lo ocurrido.
“Parque Bicentenario está a la espera de las determinaciones a las que llegue la autoridad competente para hacer cualquier posicionamiento”, contestaron por medio de un correo.
Esta muerte revela una serie de irregularidades en la operación del Parque Bicentenario. La anomalía principal relacionada con este hecho es que el sitio no cuenta con permisos para vender o promocionar bebidas alcohólicas.
A pesar de ello, continuamente realiza eventos donde se comercializan estos productos, como el evento de Smirnoff, en el que lanzó una nueva versión de su licor.
Irregularidades en venta de alcohol
El Parque Bicentenario ha sido anfitrión de diversos eventos en sus instalaciones, desde conciertos masivos como el Ceremonia y el Afterlife, a presentaciones de menor escala como la de RBD.
Originalmente, era la antigua refinería “18 de Marzo”, ubicada en los límites de las alcaldías Miguel Hidalgo y Azcapotzalco. Por instrucciones presidenciales, la refinería fue cerrada en 1991 y convertida en un parque ecológico gratuito en 2007, dirigido al disfrute de ecosistemas y recursos naturales.
Sin embargo, en 2017, el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN), órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), concesionó de manera irregular el centro recreativo a la empresa privada Operadora de Proyectos de Entretenimiento NLP.
Ahora, en el lugar se realizan diversos eventos en los que se promociona y comercializan bebidas alcohólicas. A esto se suman expendios, denominadas “chelerías”, al interior del centro recreativo en las que se vende cerveza los días viernes, sábados y domingos a partir de las 12:00 horas.
Sin embargo, el uso de suelo le prohíbe dicha actividad y la alcaldía Miguel Hidalgo, actualmente bajo el mando de Mauricio Tabe, no le ha otorgado permisos para que se lleve a cabo.
Así reveló esto último la Subdirección de Establecimientos Mercantiles y Espectáculos Públicos de dicha demarcación a través de una solicitud de transparencia realizada por habitantes de la zona el 9 de mayo de 2022.
Al ser cuestionada sobre esto, el gobierno de Miguel Hidalgo argumentó que no ha entregado los permisos correspondientes porque sostuvo que dicha actividad está permitida gracias a la concesión que otorgó el INDAABIN a la empresa Operadora de Proyectos de Entretenimiento NLP.
En entrevista con Aristegui Noticias, César Garrido, director General de Gobierno y Asuntos Jurídicos de la alcaldía, aseguró que dicho documento les permite a los particulares realizar espectáculos públicos y actividades comerciales.
Igualmente, argumentó que la Ley de Establecimientos Mercantiles permite a los kioskos la venta de cerveza, en el horario establecido en dicha legislación.
“No existe una licencia o permiso para venta de bebidas alcohólicas porque en el parque no existe un restaurante con venta de bebidas alcohólicas ni tampoco existe un bar o cantina”, expresó.
“No es que la alcaldía es la que esté dando la autorización, sino que la concesión con la que cuenta, en este caso el Parque Bicentenario —al igual que el parque Aztlán en el Bosque de Chapultepec— tienen esos alcances y quienes les otorgaron la concesión estaban facultados para autorizar la explotación”, señaló.
Sin embargo, la concesión no señala textualmente que se aprueba la comercialización de alcohol.
Además, el uso de suelo del predio no lo permite. De acuerdo con el Sistema de Información Geográfica de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI) de la CDMX, así como con el Programa Delegacional de Desarrollo Urbano de la Miguel Hidalgo, el terreno tiene como giro EQUIPAMIENTO.
Este tipo de giro solamente incluye áreas e inmuebles públicos o privados que prestan un servicio a la población en materia de educación, salud, cultura, abasto, recreación, servicios urbanos y administración. Además, solo permite restaurantes sin venta de bebidas alcohólicas. En cambio, prohíbe los establecimientos que lo hagan, incluidos restaurantes y cervecerías.
Igualmente, el Certificado Único de Zonificación de Uso de Suelo expedido por la Seduvi, prohíbe la venta de alcohol.
A esto se suma que la Dirección General del Ordenamiento Urbano de la Seduvi afirmó en una solicitud de transparencia el pasado 23 de marzo, que no cuenta con un dictamen de modificación y/o autorización de modificación de uso de suelo.
Por lo tanto, el inmueble no podría entrar dentro de lo que establece la Ley de Establecimientos Mercantiles porque su uso de suelo no lo autoriza.
La concesión tampoco otorga tales permisos, ya que no es competencia del INDAABIN porque carece de facultades para ello, explicaron expertos consultados por Aristegui Noticias.
En cambio, señalaron que dicha responsabilidad corresponde a la Alcaldía, según la Ley de Establecimientos Mercantiles de la Ciudad de México.
Asimismo, aclararon que la concesión tampoco altera los fines para los que fue concebido el parque. En cambio, en dicho documento legal se establece que está destinado para actividades relacionadas a la investigación, recreación, disfrute de áreas verdes, esparcimiento social y materias de educación ecológica, apuntó.
A esto se suma que, de acuerdo con el reglamento del Parque, el cual puede ser consultado a través de la página de internet del lugar dentro del inmueble no se permite la venta y consumo de bebidas alcohólicas.
“Se prohíbe portar, poseer, distribuir, vender, solicitar o consumir cualquier tipo de droga o sustancia prohibida, bebidas alcohólicas dentro de las instalaciones del parque”, dice el texto en su artículo D.1, en la sección de prohibiciones.
En cambio, la Ley General de Bienes Nacionales establece en su Artículo 74 que las concesiones otorgadas por el Gobierno se extinguen si se desaparece la finalidad estipulada originalmente en el documento para el uso del predio.
A su vez, según el Artículo 76 de la misma legislación, las concesiones podrán ser revocadas si se deja de cumplir con el fin para el que fue otorgada, se da al inmueble un uso distinto al autorizado o no se utiliza este último conforme a la ley.
Parque desaparece museo
El edificio en el que ocurrió el accidente en el que falleció Clavijo y en el que se han realizado diversos eventos que promocionan y venden bebidas alcohólicas, era originalmente un museo.
Sin embargo, después de que el INDAABIN concesionó de manera irregular el parque a un privado, dicha empresa ha utilizado el inmueble para otros fines, contradiciendo a la Ley General de Museos y a la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, que establece que estos no pueden simplemente cambiar su función.
“El museo nació museo y no se puede morir como cualquier otra cosa, si no pasa por los canales adecuados para cambiarle la vocación”, señaló Ricardo García, vecino de la comunidad de Azcapotzalco y de Miguel Hidalgo, durante entrevista con Aristegui Noticias.
El museo abrió sus puertas el día 8 de Noviembre de 2010 y en 2012 aún actuaba como tal. Tras el cambio de uso, habitantes de la zona advirtieron que la construcción no cumplía con las normas establecidas en el Libro Blanco del parque ni con las de protección civil.
“El uso que le está destinando es claro que lo han rebasado por un interés mercantil, olvidándose de esta parte de seguridad, que es indispensable”, recalcó Alberto García González, habitante de la zona.
Denuncias previas y omisión de autoridades
Este tema ha confrontado a la alcaldía, que defiende la venta de alcohol dentro del sitio, y vecinos de la zona, que alegan afectaciones a su modo de vida y actividades ilegales.
Los últimos han sido denunciados en diversas ocasiones por habitantes de la zona y usuarios del parque, debido a que en ellos se venden y promocionan bebidas alcohólicas, sin que el recinto cuente con los permisos correspondientes.
En una carta firmada por casi 40 personas, el 26 de abril de 2019 vecinos presentaron una denuncia ante la Presidencia de la República, entre otras irregularidades del parque, la venta de alcohol.
A esto se suma que en 2018, presentaron una queja por actividades similares durante el evento “Oktoberfest”, a pesar de que se invitaba a menores de 12 años a acudir al evento. Estos menores podían acceder sin costo, mientras que los mayores debían pagar un boleto que tenía un costo de $150 pesos.
En dicha ocasión, incluso enviaron una carta al entonces embajador de Alemania en México, Peter Tempel para pedir que el gobierno de su país no avalara dicho evento, argumentando que el parque debía servir para fines ambientales.
Además, el 21 de julio de 2022 vecinos de la zona presentaron una denuncia por la venta y promoción ilegal de bebidas alcohólicas en la vía pública al interior del sitio, a pesar de que el parque es un espacio público de libre acceso, lo que prohíbe que se lleven a cabo estas actividades.
En el documento también señalaron que al sitio acuden menores de edad, que también se podrían ver expuestos a la publicidad de dichos productos. Ante esto, pidieron a la Alcaldía Miguel Hidalgo realizar una inspección y clausurar las instalaciones.
Esta misma denuncia fue presentada el mismo día a la Alcaldía de Azcapotzalco, para pedir a la demarcación que acompañara en la clausura de los sitios instalados.
El 15 de agosto del año pasado, presentaron una segunda denuncia ante la Agencia de Protección Sanitaria de la Ciudad de México por el mismo delito, pidiendo que se clausuraran y retirarán los puntos de venta instalados.
Igualmente, se han pronunciado contra la instalación de puntos de venta y publicidad para la cerveza Heineken.
Sobre esto, más de 150 personas enviaron una misiva conjunta al director general de la empresa en México, Guillaume Duverdier, para pedir que fueran retirados los puntos de venta, junto con la publicidad instalada.
En el texto, advirtieron al empresario que su compañía no contaba con autorización, permiso o licencia por parte de las autoridades para llevar a cabo dicha actividad en el centro recreativo. Igualmente le señalaron que no existía una disposición legal que le permitiera hacerlo.
Desde 2018 los colonos han presentado más de 15 quejas a diversas autoridades distintas, entre las que se incluye a la entonces Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, al entonces titular de la Secretaría de Gobierno de la CDMX, Martí Batres, los titulares de la SFP y de la Semarnat, así como al Congreso de la Unión, entre otros.
Las irregularidades en la operación del parque han sido reconocidas por la alcaldesa de Azcapotzalco, Margarita Saldaña, ya que este colinda con su demarcación y anteriormente era parte del perímetro de la alcaldía.
Por medio de un video, la mandataria reprobó los eventos masivos y denunció afectaciones a los habitantes.
“En últimas fechas hemos sufrido diversos eventos masivos que lo hacen parecer más un centro de espectáculos que un parque. Esto ha propiciado consecuencias negativas”, declaró.
“Territorialmente se encuentra en la alcaldía de Miguel Hidalgo pero el frente del Parque Bicentenario lo tenemos aquí en Azcapotzalco”, agregó.
Entre las afectaciones enumeró ruido excesivo por las noches, franeleros y acomodadores “que estacionan los vehículos de visitantes en las calles aledañas, bloqueando entradas, camellones y causando caos vial, proliferación de ambulantes, chelerías y personas consumiendo bebidas alcohólicas en la vía pública, además de basura por todas partes y la percepción de inseguridad se eleva”.
Por último, afirmó que se acercaría con las autoridades correspondientes para que se atendieran dichos problemas.
La prevención de riesgos es una cuestión de suma importancia. Particulares, empresas y/o negocios deben contar con la instrucción adecuada en cuestión de Protección Civil y Seguridad, al igual que contar con las señalizaciones apropiadas en espacios o instalaciones que representen un potencial riesgo. Acércate a nosotros para que podamos asesorarte al respecto.
Artículo extraído de: https://www.msn.com
Escrito por: Redacción AN / FPR
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