La reforma laboral en México ha cambiado la subcontratación de personal por Servicios Especializados, pero ha generado problemas de flexibilidad y costos para las empresas. La falta de personal temporal afecta la expansión y el empleo.
El pasado 19 de junio la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) puso fin a la última posibilidad de aplicar outsourcing en México, basado en suministro de personal, tras la validación de subcontratación del 2021, declarando así como constitucional el nuevo régimen de servicios de especialidad que fueron ya integrados a la Ley Federal del Trabajo, además de haberse publicado los requisitos que deben cubrir las empresas para subcontratar.
El outsourcing es un proceso mediante el que una compañía contrata a terceros que son subcontratados con el objetivo de delegar algunas funciones de la empresa, aumentar la producción, acceder a mejores tecnologías o reducir los costos.
A partir del incremento en el registro de empresas prestadoras de servicios en el sector de hotelería, la autoridad laboral decidió publicar los criterios respecto a los trabajadores que deben ser contratados directamente por el patrón, “lo que ayudará a cerrar la pinza y evitar que quieran revivir el outsourcing”, dijo el secretario general de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), Isaías González Cuevas.
La supervisión de la reforma de outsourcing, el nuevo método de cálculo de las utilidades a repartir entre los trabajadores y las próximas reglas de seguridad y salud en el teletrabajo son parte de los temas en la agenda de cumplimiento normativo que tomarán fuerza este año.
