El estrés laboral ya es reconocido como enfermedad profesional en la Ley Federal del Trabajo (LFT). Frente a este escenario, en 2024 las estrategias de prevención del burnout en las empresas serán clave para evitar incapacidades, impactos en las primas de riesgo ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y pérdidas de productividad.