Es un hecho: la revolución digital ha transformado el empleo, planteando nuevos desafíos y oportunidades tanto para las empresas, como para los colaboradores. En este contexto, la digitalización de procesos se ha convertido en una estrategia clave para optimizar el uso de los recursos, mejorar la eficiencia y la competitividad, y ofrecer mejores productos y servicios a los clientes.