Entre enero y marzo de este año incrementaron 15% las renuncias por condiciones que representan riesgos laborales o por acoso. Estos dos renglones crecieron, mientras que disminuyeron los abandonos de trabajo por una búsqueda de mejor salario.

Los datos oficiales muestran una fuerza laboral más decidida a no tolerar malos ambientes de trabajo. En el arranque del 2024 se observa un crecimiento de las renuncias por condiciones peligrosas, acoso y por maternidad. Estos tres motivos representan el 36% de los 654,852 eventos de abandonos de trabajo reportados entre enero-marzo de este año, y un incremento de 15% con respecto al 2023, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Las renuncias por deterioro de condiciones laborales o que implicaban un riesgo para la salud y la seguridad pasaron de abarcar el 15% al 17% del total de abandonos de trabajo.

“Las últimas reformas laborales han permitido que por primera vez nombremos y seamos conscientes de las dinámicas de trabajo violentas que incluso se habían romantizado”, afirma Ivonne Borden, directora de la firma Agregando Valor.

Antes, señala la especialista, las personas se “casaban con una empresa” y eso justificaba ambientes laborales con jornadas extensas, cargas excesivas o violencia, pero los cambios legislativos y los marcos normativos de prevención de factores de riesgo psicosocial, “ha creado que ciertas personas lo reconozcan”.

En línea con las renuncias por ambientes de trabajo peligrosos, también crecieron los abandonos de empleo motivados por acoso o discriminación. El 3.2% de todas las renuncias fueron por esta razón, con un crecimiento anual de 0.8 puntos porcentuales, el tercer incremento más alto al interior de todos los motivos para salir de una empresa.

“Las culturas tradicionales se pueden mantener, pero sino tenemos una cultura centrada en lo humano, no es sostenible. El acoso está motivado hasta cierto punto por un deseo de tener el control, y eso sigue presente en las organizaciones”, afirma Nefris Ventura, CEO de la firma Más Humanos.

A decir de la especialista, las personas están exigiendo relaciones laborales basadas en el respeto. Y aunque las empresas han hecho esfuerzos por mejorar el bienestar en los espacios laborales, hay rezago en demostrar el compromiso genuino con las personas.

“No se trata de tener entornos rosas donde todos seamos amigos, pero sí espacios que sean saludables, donde la operación y el bienestar convivan”, afirma Nefris Ventura.

En el último año, los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) evidencian una mayor demanda de las personas trabajadoras por entornos laborales seguros y sanos, incluso con una mayor prioridad que el salario.

Las renuncias impulsadas por una búsqueda de un mejor salario disminuyeron del 14.9% al 13.5% del total de eventos de abandonos de empleo registrados entre el primer trimestre del 2024 y el mismo período del 2023.

“Hoy somos más conscientes de que la salud física, mental y la dignidad son no negociables. Además, con un mayor acceso a la tecnología, las personas tienen más formas de generar ingresos, se han democratizado muchos trabajos, y eso también se traduce en más opciones para el talento”, apunta Ivonne Borden.

Las especialistas coinciden en que la fuerza laboral está priorizando otros aspectos del trabajo más allá del sueldo, como el bienestar físico y mental, el balance vida-trabajo o los espacios seguros, y esto influye en que más personas renuncien a empleos que no satisfacen estas necesidades.

La maternidad sigue castigada

En el último año, la maternidad se mantuvo entre los principales motivos de renuncia. En el inicio de 2024, más de 100,000 personas, el 94% fueron mujeres, dejaron su empleo por embarazo o responsabilidades familiares.

Las cifras reflejan la carga de cuidados desproporcionada que absorben las mujeres y el rezago en la construcción de espacios de trabajo que permitan ejercer la maternidad sin renunciar al empleo.

De acuerdo con el informe Mujeres en el trabajo 2024 de Deloitte, la fuerza laboral femenina está “sintiendo un desequilibrio en el cuidado y las responsabilidades domésticas”. El 50% de las trabajadoras con pareja e hijos asegura que asume todas las tareas de cuidado, en 2023 esa proporción era cuatro puntos porcentuales menor.

Esta situación tiene un impacto en la continuidad de las carreras. Dos de cada 10 trabajadoras encuestadas afirman que la falta de acceso a servicios de cuidado infantil las puede obligar a dejar su empleo o ralentizar su desarrollo profesional.

“Las mujeres con mayor responsabilidad en las tareas domésticas también tienen más probabilidades de ausentarse del trabajo por motivos de salud mental”, destaca el informe de Deloitte.

En México, las renuncias por embarazo o tareas de cuidado representan el 17.0% de todos los eventos de abandono de empleo; está a la par de las salidas voluntarias por riesgos laborales. En 2023, representaban el 13.8% de los casos.

Artículo extraído de: https://www.eleconomista.com.mx

Escrito por: Gerardo Hernández

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