Hablamos con José María Peiró, catedrático emérito de la Universidad de Valencia, sobre cómo cuidar la salud mental de los empleados y prevenir el temido ‘burnout’
José María Peiró
José María es catedrático emérito de la Universidad de Valencia, donde fundó y fue el primer director del Instituto de Psicología de los Recursos Humanos, Desarrollo Organizacional y Calidad de Vida Laboral, que cuenta con más de 40 investigadores y lleva más de 15 años en funcionamiento. También fue presidente de la Asociación Internacional de Psicología Aplicada y de la Asociación Europea de Psicología del Trabajo y las Organizaciones y ahora es investigador senior en el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas y miembro de la Academia de Psicología de España. Ha publicado varios libros, entre ellos uno sobre Psicología de las Organizaciones en 1983, y más recientemente fue editor jefe de una enciclopedia sobre Psicología del Trabajo, publicada por Oxford University Press. Además, colabora con diversas empresas y organismos en temas de psicología laboral y organizacional.
¿Cómo podemos saber si una empresa está priorizando la salud mental de sus empleados?
Hay muchas señales que indican si una empresa realmente se preocupa por la salud mental de sus empleados. Primero, se nota en las políticas generales y la cultura de la empresa. Por ejemplo, si la empresa realiza estudios de clima laboral o analiza los riesgos psicosociales, eso ya es un buen indicador. También son signos positivos los programas de sugerencias para empleados o el seguimiento del absentismo laboral. En resumen, una empresa que escucha a sus trabajadores y se interesa genuinamente por su bienestar tiende a ser más efectiva y a funcionar mejor.
¿Qué estrategias recomiendas para reducir el estrés y promover un entorno laboral más saludable?
Aunque existen muchas, es importante abordarlas de manera sistemática. Se suelen dividir en tres niveles: prevención primaria, secundaria y terciaria. La prevención primaria busca evitar que los riesgos se conviertan en problemas serios; esto implica identificar los factores de estrés y modificar el entorno laboral. Por ejemplo, ajustar la carga de trabajo, rediseñar los puestos de trabajo si están generando tensiones o proporcionar más recursos de formación a los trabajadores para manejar esos riesgos. La prevención secundaria se centra en intervenir cuando ya hay señales de estrés, y la última trata de reparar el daño cuando el estrés ya ha causado problemas. Un enfoque integrado que combine estas tres estrategias es lo más efectivo.
Los empleados también deben ser responsables de su propia salud mental»
José María Peiró
¿Y qué pueden hacer los empleados?
Los empleados también deben ser responsables de su propia salud mental. Esto implica cumplir con las normativas de seguridad en el trabajo y, fuera del trabajo, evitar conductas que pongan en riesgo su bienestar o su salud, como el consumo excesivo de alcohol o drogas. Además, existen técnicas que ayudan a mejorar la salud mental, como el mindfulness, la meditación y la resiliencia. Es importante que los empleados se formen en estas áreas y busquen ayuda psicológica si la necesitan, sin dejarse llevar por el estigma que aún rodea a los problemas de salud mental.
Desde la pandemia, ¿hay más conciencia en las empresas sobre la necesidad de cuidar la salud mental de los empleados?
Sí, definitivamente. La pandemia ha hecho que muchos empleados reconsideren su relación con el trabajo. Se ha reducido el miedo a reconocer problemas emocionales y las empresas están pidiendo más ayuda para abordar estos temas. Además, hemos visto fenómenos como “la gran dimisión” en países como Estados Unidos, donde muchos trabajadores decidieron cambiar de empleo para buscar un mejor equilibrio entre su vida laboral y personal. Aunque en España, debido a la alta tasa de desempleo, este fenómeno ha sido menos pronunciado, también hemos observado un aumento del absentismo laboral y las incapacidades temporales por motivos relacionados con la salud mental.
Se habla mucho del “burnout”. ¿Existen señales que puedan advertir sobre este problema?
Sí, el fenómeno del ‘burnout’ puede preverse con señales tempranas que a menudo ignoramos. Por ejemplo, retrasarse en contestar correos electrónicos, disminuir la atención al detalle, o tomar descansos frecuentes sin justificación. Estos pequeños cambios en la conducta pueden ser síntomas de algo más profundo, y si no se abordan a tiempo, pueden llevar a problemas más serios como la ansiedad o la depresión. Lo importante es que tanto los directivos como los propios empleados aprendan a identificar estos síntomas y actúen rápidamente para corregirlos tratando de identificar y eliminar o contrarrestar las causas que los están produciendo.
El éxito de una empresa depende en gran medida del bienestar de sus empleados»
José María Peiró
¿Qué errores cometen las empresas al intentar abordar la salud mental?
El error más común es suponer que la salud mental es solo un problema del empleado. Muchas veces se culpa al trabajador sin analizar el entorno laboral. Otro error es pensar que la salud mental es solo responsabilidad del departamento de Recursos Humanos o de Salud. La salud mental es responsabilidad de toda la empresa. Por último, también es un error no tener indicadores claros y no prestar atención a temas como el absentismo o la vigilancia de la salud.
¿Qué le dirías a los empresarios que aún no prestan suficiente atención a la salud mental de sus empleados?
Les diría que el éxito de su empresa depende en gran medida del bienestar de sus empleados. En una economía cada vez más centrada en el talento, cuidar la salud mental es fundamental para que los empleados se impliquen en los objetivos de la empresa. Además, una empresa que se preocupa por el bienestar de su gente será más competitiva, productiva y sostenible a largo plazo.
Artículo extraído de: https://www.lavanguardia.com
Escrito por: Carlota Bisbe
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Ilustración: yanalya Freepik