El 75% de los trabajadores mexicanos padece estrés laboral, pues 3 de cada 10 tienen 2 trabajos a la vez. ¿Y tú también vives para trabajar?

Escribo esto desde los centros de mi propia existencia, donde nacen las ansias, la infinita esencia. En realidad, estoy sentada en un taburete viejo que uso como una silla bastante classy y es más de medianoche. Vengo a decirles que se bajen de este carrusel llamado vida ahora que pueden. Mentira, que esté al borde del colapso no quiere decir que no aprecie la vida, lo único que cuestiono en estos momentos con un ojo medio cerrado y dolor de rodillas porque #treintañera es el sentido de la misma. Nos desarrollamos en un mundo en el que naces, creces, estudias, anhelas cosas, trabajas, te las compras, te ascienden, compras más, tienes más trabajo, nada es suficiente, y mueres. Tal vez y solo tal vez encuentres el amor antes de morir, pero será una relación efímera que no dure para siempre porque nada dura para siempre.

Me siento como al inicio de Fight Club, cuando Edward Norton explica su problema de insomnio, el consumismo en el que vivimos y la falsa identidad que este te otorga al final de tu día en el que no te sientes satisfecho con nada.

¿Cómo es vivir para trabajar?

Pero antes de que siga avanzando con este monólogo escrito quiero explicarte cómo evitar llegar hasta este punto.

Verás, en un país como México, catalogado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como el más inseguro y de los peores pagados, donde el salario mínimo mensual acaba de subir para 2022 a 5 mil 160 pesos mensuales por una jornada de ocho horas diarias, las esperanzas no son muchas.
De igual forma, me considero medianamente privilegiada porque estudié una carrera, puedo trabajar desde casa y no gano el salario mínimo. Solo hago drama y vuelvo al primer punto: cuestiono mi existencia una y otra vez.

Te contextualicé, lector, lectora o lectore, donde quiera que estés para que entiendas un poco mi realidad.

La pandemia, aunada a la de por sí deteriorada situación laboral, contribuyó a que millones de personas perdieran su empleo en el mundo y por supuesto, México, lindo y querido, no fue la excepción. El clima laboral sufrió una caída en picada, donde los que conservamos nuestro empleo, sufrimos una reducción en el salario.

Más datos perturbadores sobre estrés laboral

Según el portal Runa, tres de cada diez mexicanos optaron por trabajar en más de un lugar a la vez, siendo en su mayoría adultos jóvenes, de entre 25 y 35 años. Y heme aquí, casi desquiciada, con ardor en los ojos, presión en la sien y un cansancio mental increíble por jugarle al fergas. Durmiendo menos de mis ocho horas debidas que deberían ser 10 o 12 porque #narcoléptica. O simplemente amante de soñar.

Pero mis achaques no son parte de mi drama o hipocondría, de veras que no, están amparados por la Organización Mundial de la Salud, un organismo que aseguró que el estrés laboral provoca los siguientes síntomas: tensión muscular, aumento de presión sanguínea y ritmo cardiaco, así como miedo, irritabilidad, enojo, depresión. También puedes presentar atención disminuida, dificultad para solucionar problemas, disminuir su productividad, entre otras cosas.

¿Te suena familiar? Y apenas estoy empezando porque la OMS estimó que entre el 21 y 32 por ciento de casos de hipertensión en América Latina se relacionan con altas exigencias laborales.

Por otro lado, la Academia Americana de Neurología aseguró que los trabajadores con empleos demandantes tienen 58 por ciento de más probabilidades de sufrir una isquemia, que causa embolia y trombosis, y 22 por ciento más de hemorragia cerebral.

Conoce ejercicios para combatir el estrés:

Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 75 por ciento de los trabajadores mexicanos padece estrés laboral. Económicamente, no superamos a China o Estados Unidos, pero sí en esta enfermedad. ¿Nos llevamos una medalla?

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mueren 6 mil 500 personas diariamente alrededor del mundo por estrés laboral y condiciones insalubres de trabajo.

A lo que quiero llegar es si realmente debemos vivir para trabajar y no al revés. Sé que sin dinero no podríamos sobrevivir, pero, ¿cuánto se necesita para tener una vida tranquila? Porque el consumismo nos ha mostrado una cara que nos podría costar nuestra salud y, a final de cuentas, sin salud no tenemos nada.

En conclusión

Se los dice un ser humano para quien ‘hacer errores is her passion’ y gastó más de lo que gana en un mes en el Buen Fin, pero a cómodas mensualidades sin intereses. Sin embargo, hay algo que no me cuadra.

Estudié Lingüística y Literatura Hispánica con la esperanza de volverme la próxima escritora mexicana destacada. Sí, un respetado referente de erudición o al menos una escritora de best sellers, pero uno no es lo que debe, sino lo que puede ser y es verdad soy un payaso, pero qué le voy a hacer, diría José José. La vida me trajo de aquí a allá y terminé escribiendo, sí, de temas que me gustan, también, pero comencé a atiborrarme de deberes de mis dos empleos, me ascendieron en ambos porque soy una pistola y, humilde, aparte.
Ahora casi no tengo tiempo para leer ni para escribir. Me he dado el lujo —y el cansancio— de participar en el Mundial de Escritura dos veces y por poco muero al tener que cumplir con tres tareas de tres lugares distintos al día, pero escribiendo narrativa fue cuando descubrí que esa era mi verdadera vocación.

Artículo extraído de: https://retodiario.com

Escrito por: Fernanda Meneses

Enlace del artículo original: https://bit.ly/3BQGQUG