Por el bien de tu salud mental, es importante que conozcas y establezcas tus propios límites, ya sea en el trabajo, con los amigos o con la familia.

El bienestar y la buena salud mental dependen de la atención que le prestes tanto al cuerpo como a la mente. Y, aunque a menudo es más fácil identificar las señales que envía el cuerpo cuando se encuentra mal, es muy importante vigilar la salud mental, por ejemplo, no subestimando nunca la fatiga temporal o el estrés, que pueden ser síntomas de exceso de trabajo. Pero como siempre es mejor prevenir que curar, aquí tienes unos cuantos consejos para preservar tu salud mental y evitar llegar a esos estados de ansiedad que son malos para tu moral, tu estado de ánimo y tu salud en general.

En primer lugar, es esencial escucharse a uno mismo y luego definir tus propios límites. Esto te permitirá evitar ciertas situaciones no deseadas que podrían conducir a una acumulación de sentimientos negativos. Nawal Mustafa, experta en salud psicológica, explica en su cuenta de Instagram, @Thebraincoach, que “nuestra salud emocional y los límites que nos ponemos a nosotros mismos están muy relacionados. En general, cuanto más claramente definidos están nuestros límites, más en paz nos sentimos mentalmente”. También explica que “los límites son una forma de satisfacer nuestras necesidades, establecer expectativas realistas y enseñar a los demás cómo tratarnos”. “Son una forma de autocuidado y amor propio que nos permite proteger nuestra energía y salud psicológica”. Añade que “para aprender a poner límites, el primer paso es tomar conciencia de los momentos en que uno se siente abrumado o mentalmente agotado. Identifica los momentos en los que necesitas más espacio, tiempo o autoestima”. Una vez hecho esto, es el momento de definir estos límites con mayor precisión para que puedan ser identificados por quienes te rodean.

He aquí 6 tipos de barreras que debes poner a diario para preservar tu salud mental:

1. Límites físicos

Esto parece obvio, pero el límite físico es a veces complicado de establecer y hacer cumplir. Se trata de permitir o rechazar el acceso a tu espacio personal, que debe ser definido de antemano. Romper esta barrera puede implicar el contacto físico (como tocarte el pelo), así como la intrusión en un espacio privado, como tu dormitorio o piso, sin tu consentimiento. Aunque esto no siempre equivale a una intrusión, la mera presencia de una persona puede llegar a ser insistente, incluso opresiva y constituir una fuente de presión difícil de gestionar. En estos casos es importante señalar a la persona en cuestión que está cruzando un límite. Por ejemplo, puedes decir: “No me gusta que me toquen sin mi permiso, ¿puedes dejar de hacerlo?”, “no me apetece salir esta noche, pero gracias por tu oferta” o “me gustaría que me dejarais solo”.

2. Límites emocionales

Al igual que con los límites físicos, se trata de expresar tus necesidades y capacidades, pero esta vez a nivel emocional. Estos límites pueden ser más difíciles de establecer porque pueden ofender a la persona con la que se habla. Por ejemplo, cuando alguien cercano a ti comparte sus sentimientos contigo y (sin querer) te toma por un psiquiatra sin pensar ni un segundo en las consecuencias para tu propia salud mental. En este caso, te corresponde pensar en tu bienestar y señalarlo con honestidad y delicadeza: “No quiero hablar de esto ahora mismo” o “me encantaría ayudarte, pero ahora mismo tengo muchos problemas propios”. Esto también puede ser necesario cuando alguien cercano a ti saca un tema con el que te sientes incómodo o que te parece inapropiado o cuando sientes que la persona con la que estás hablando te está faltando al respeto.

3. Límites de la comunicación

Estas barreras tienen que ver con la forma en que tu interlocutor se dirige a ti: el tono de voz, los gestos, el vocabulario, pero también la mirada o vuestro lenguaje corporal en general. Todas estas señales son formas de enviarte un mensaje que, según la forma en que se utilicen, pueden llegar a ser agresivas, intrusivas o incluso manipuladoras. En cuanto sientas que el límite entre la discusión y la agresión está a punto de ser cruzado por la persona que se dirige a ti, debes señalarlo para mantener el control de la comunicación y poder expresarte de igual a igual. Puedes indicar a la persona que se está pasando de la raya que se está dejando llevar por la emoción o simplemente decirle: “Por favor, no me hables así” o “no tengo ganas de hablar de esto”.

4. Límites mentales

Definir tus límites mentales te permitirá sentirte seguro de tu opinión al darte cuenta de que no tiene por qué ser la misma que la de los demás. El desacuerdo no es un problema siempre que conduzca al debate y no al conflicto. Marcar tus límites mentales también permitirá que los demás acepten mejor tu singularidad y tus opiniones diferentes sin llegar a juzgarte. Si alguien de tu entorno cruza la línea del juicio, puedes decir: “No pasa nada si no estamos de acuerdo” o “respeto tu opinión, aunque no esté de acuerdo contigo”.

5. Límites de tiempo

Tu tiempo es tuyo y es muy importante que guardes algo de él para ti. Sacar tiempo de tu día, cuando no tienes mucho, para ayudar a tus seres queridos o para complacer a tus amigos sólo te frustrará y te agotará mentalmente. Una vez que has comprendido que tu tiempo es precioso y has aprendido a optimizarlo al máximo, es importante hacer que tus seres queridos también lo respeten definiendo límites de tiempo o recordándoles, por ejemplo: “La próxima vez, ¿podrías avisarme si sabes que vas a llegar tarde?”, “lo siento, pero hoy no puedo ayudarte, tengo trabajo”, o “podemos llamarnos, pero sólo tengo 15 minutos”.

6. Límites relacionales

Se trata de definir cómo quieres que te traten los demás y cómo permites que te traten. Para ayudarte a establecer este límite, puedes, por ejemplo, decir a la persona: “Necesito unos minutos para calmarme”, “¿puedes expresar lo que quieres con claridad?” o “no me gusta que cuentes mi vida privada a otras personas”.

Artículo extraído de: https://www.revistagq.com

Escrito por: Charlotte Chapuis

Enlace del artículo original: https://bit.ly/3zCcExd