El bienestar laboral no solo es tener colaboradores sanos, sino crear un ambiente organizacional donde se impulse al talento.

Si bien, medir la felicidad es algo complicado, las organizaciones sí pueden crear entornos que favorezcan el bienestar y crear un impacto positivo en los colaboradores, lo cual se traduce en mayor compromiso y reducción en los niveles de rotación y ausentismo.

Sin embargo, el 73% de los colaboradores mexicanos no se sienten comprometidos con su trabajo, lo cual puede responder a una gestión deficiente del talento, señala el estudio El estado del lugar de trabajo 2023 realizado por Gallup.

Además, siete de cada 10 colaboradores tienen un bajo nivel de compromiso y se lo atribuyen a una mala gestión del jefe, por ello es importante que los lideres generen ambientes positivos a fin de que los trabajadores se desarrollen plenamente.

En ello coincide José Iván Guerrero, líder académico en soluciones empresariales de bienestar de Tecmilenio, quien dice que además de un buen líder se requieren fomentar una buena relación entre los compañeros y crear un buen ambiente laboral, pero ¿cómo crear estos espacios?

La clave está en cuatro variables llamaron BEAT: Bienestar organizacional, Enfoque en el liderazgo positivo, Ambientes positivos y Trabajo significativo, que al aplicarlas permite crear empresas con Factor Wellbeing, que es cuando una organización alcanza un estado de bienestar laboral.

Factor wellbeing

En el libro Factor Wellbeing, el bienestar como ventaja competitiva, de Lid Editorial, Guerrero describe que la primera variable es el bienestar organizacional, la cual se centra en que la estrategia provenga de la organización a partir de programas de programas de bienestar y reglamentación del cuidado de vida y trabajo, así como un esquema de flexibilidad.

El segundo enfoque es el de liderazgo positivo, pues los líderes que tienen cercanía con los colaboradores, que conocen y reconocen sus fortalezas y las retroalimentan elevan hasta seis veces su involucramiento. En esta variable no solo se trata de reforzar la relación del líder con los colaboradores, sino potencializar el desempeño al enfocarse en crear experiencias laborales que ayuden al crecimiento de la persona.

La tercera variable es la creación de ambientes positivos, es decir, fomentar las interacciones entre compañeros de trabajo a partir de conocer las necesidades, motivaciones e interés de cada persona. Aquí el esfuerzo de uno impacta en los otros, ello ayuda a crear una red de apoyo porque hay confianza e interés genuino.

«Este ambiente positivo va más allá de la cordialidad, sino de interesarnos más en la persona, de convertirnos en habilitadores de desempeño, en cómo mi trabajo habilita el trabajo de alguien más”.

Por último, está la variable de trabajo significativo que se enfoca en la forma en que las personas perciben su trabajo, si consideran que su labor es valiosa para la organización y en si su trabajo está en armonía con su sistema de creencias y valores, incluso con la vida familiar. En este sentido, la organización requiere hacerle saber a los colaboradores que su labor tiene un propósito para la compañía.

“Cuando una persona logra este grado conexión entre su propósito y el trabajo que realiza día con día es cuando experimenta esta sensación de trabajo significativo y es uno de los predictores más importantes del engagement, de la satisfacción y compromiso laboral”, destaca Guerrero.

El especialista enfatiza en que las organizaciones con un buen ambiente laboral se enfocan en estas cuatro variables, desde la organización, lo relevante del líder con persona, la relación con los compañeros de trabajo y de la persona con su ambiente laboral.

Artículo extraído de: https://www.eleconomista.com.mx

Escrito por: Elizabeth Meza Rodríguez

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