El creciente campo de la epigenética sostiene que la persona es el resultado de las situaciones que le suceden en la vida y la forma de reaccionar a ellas, y que estas experiencias cambian la forma en la que sus genes actúan. Los genes se activan o no dependiendo de las experiencias y, a la vez, ambos, -experiencia y genética-, se retroalimentan. Siguiendo esta teoría, la enfermedad es la expresión externa, corpórea, de un desbalance. Es el cuerpo alertando que algo no está bien. Por las Lic. en Psicología Mailén Barreto, Mariela Garabello y Melody Varisco.