La secretaria de Economía asegura que las solicitudes de EE UU para revisar el cumplimiento de los derechos laborales es solo un acompañamiento, pero que la responsabilidad es del Gobierno mexicano

Tatiana Clouthier (Culiacán, 57 años) no fue la primera opción del presidente Andrés Manuel López Obrador como secretaria de Economía, pero sí ha sido quien ha sorteado lo más pesado del puesto. A pesar del título, la política económica es, en términos prácticos, competencia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. La oficina de Clouthier funciona más como un ministerio de comercio, por lo que su trabajo ha sido central desde que entró en vigor la versión renovada y renegociada del tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, a mediados de 2020.

El tratado, negociado en su mayoría bajo la Administración de Enrique Peña Nieto, es la apuesta más grande del Gobierno para impulsar la economía. Sus nuevos mecanismos le permiten a países miembros exigir que se cumplan los derechos laborales de los trabajadores, y EE UU lo ha aprovechado solicitando cuatro revisiones en distintas fábricas en México.

Clouthier, licenciada en Letras inglesas con estudios de posgrado en Administración Pública, fue dos veces diputada (su primera vez, por el PAN) y reemplazó a la doctora en Economía Graciela Márquez como secretaria en diciembre de 2020. En entrevista con EL PAÍS, por videollamada, Clouthier llega preparada con material estadístico y cifras actualizadas. Su tono directo es típicamente norteño y su defensa es clara: es el Gobierno mexicano quien se asegura de que se cumplan los derechos de los trabajadores, no EE UU.

Pregunta. La inversión extranjera directa repuntó en el primer trimestre. ¿Se debe al T-MEC?

Respuesta. Es una combinación de factores. El T-MEC entró en vigor casi al mismo tiempo que inició la pandemia, lo cual nos obligó a hacer las cosas diferente y replantearnos muchas cosas. Los negocios comenzaron a preguntarse cómo relocalizar sus cadenas de suministro o bajar sus costos, o tener una mayor integración como lo hicimos los tres países con la industria automotriz y lo hicimos indirectamente con la agricultura. Uno no puede comerse una hamburguesa sin pensar que está comiendo un T-MEC. Uno no puede comerse un machacado con huevo, un cereal o una avena sin pensar que es un producto que llegó a su boca por el T-MEC. Eso es la integración de América del Norte. El T-MEC ayuda porque es un mecanismo que permite este acercamiento de las empresas. Si no tuvieras este vehículo, este momento no podría ser aprovechado al 100%. Entonces si la pregunta es cuánto se le debe al T-MEC y cuánto se le debe a lo demás. Pues es una combinación. Luego, con la entrada de la guerra entre Ucrania y Rusia, se aceleraron los procesos. En esta reconfiguración mundial, ¿qué es lo que nos conviene? La apuesta es crear más fortaleza, no solamente con América del Norte, sino también a través de la Alianza del Pacífico con otros socios. El presidente [López Obrador] dice ‘tenemos que hacer la unión de las Américas para fortalecer y hacer frente a otros bloques’. Creo que toda esta combinación la hemos vivido y la vemos no solamente desde los gobiernos, la ven las empresas, las cámaras de comercio y todo este paquete da el resultado de los números que estamos viendo hoy en día. México tiene 14 tratados de libre comercio y esos tratados le abren la puerta a otros mercados a que vengan a producir aquí.

P. El anuncio más reciente es de un posible tratado con Corea, en el que hubo sectores que se declararon a favor y otros en contra. ¿Cómo va ese proceso?

R. La actualización es que ya iniciamos. Dimos un banderazo y, con eso, lo que sucede es que empiezas a tener reuniones con sectores en los dos países, a presentar estudios, no solo para mitigar los temores de quienes se asustan sino también para poder tener una negociación más apretada en donde requieras para fortalecer los intereses de nuestro país.

P. Ya van cuatro solicitudes que EE UU ha hecho pidiendo se revisen supuestas denegaciones de derechos de libertad de asociación y de negociación colectiva en empresas estadounidenses en México, como lo permite un nuevo mecanismo en el T-MEC. Estas controversias ¿están limitando el potencial del tratado?

R. Dejemos al T-MEC a un lado por un momento porque, antes del tratado, México cambió su ley laboral. La cambió no porque se lo pedía el T-MEC, sino porque el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo desde su campaña que había que cambiar el tema de los derechos laborales y que había que mejorar sueldos y salarios, y que había que tener libertad sindical. El solo hecho de modificar esto en la ley cambia la manera en como habíamos venido comportándonos en materia laboral. Es un ingrediente nuevo para los trabajadores y para las empresas. La ley tiene su propio proceso de entrada en vigor y el país se dividió en tres bloques porque no podía entrar en vigor al mismo tiempo en todo el país por toda la capacitación que se requiere. Ya entró en el primer bloque, y para este año entrará en todo el país. La nueva reforma ya iba a generar condiciones distintas, porque es un nuevo mecanismo para la empresa y para el trabajador. Los trabajadores tienen libertad de elegir, van a tener más información, porque así lo dice la ley, no porque lo diga el T-MEC. Ahora sí, hablemos del T-MEC, ¿qué es lo que te da el tratado? Lo que te da es la posibilidad de acompañarnos en este proceso, no de vigilarnos. No somos niños chiquitos ni necesitamos vigilantes. México es adulto. México se sabe portar a la altura de las circunstancias y esta reforma la hizo el presidente López Obrador antes de que existiera el T-MEC. Han hecho cuatro solicitudes de revisión para poder saber qué está pasando aquí, para tener una observación más cercana.

P. Entonces ¿no está limitando el potencial del tratado comercial?

R. Coyunturalmente, el tratado fue vinculante, pero quienes han oído al presidente López Obrador, quien duró 18 años campaña, lo escucharon hablar desde siempre de la libertad sindical, de los mejores sueldos, de las mejores circunstancias para los trabajadores. Se concreta en el año este 2019, si no mal recuerdo, y entonces entra el tema y se vuelve vinculante, pero circunstancialmente, porque la agenda del presidente ya era esta, inclusive de los legisladores de Morena.

P. ¿Cómo ha avanzado la controversia sobre las reglas de origen con EE UU?

R. Las controversias llevan su paso, su tiempo. Esta, que presentamos México y Canadá, va en su segunda comunicación por escrito. El siguiente paso es esperar a que EE UU nos conteste por escrito y tener las audiencias. Nosotros pensamos que esto se va a resolver para finales de año.

P. Hace poco más de un mes la Secretaría presentó, junto con Presidencia, un programa llamado Paquete Contra la Inflación y la Carestía. Hasta ahora, la inflación no ha cedido. ¿Qué avances hay con estas medidas?

R. Primero haré la precisión de que son el Banco de México y la Secretaría de Hacienda las encargadas de trabajar el tema inflacionario. Hacienda es quien nos cita y nos pregunta qué podemos hacer con esta inflación que viene de factores externos que están generando inflación. Entre ellos la guerra en Ucrania y la ruptura de las cadenas de suministro. ¿Qué es lo que hace el presidente? Analiza los 44 productos en la canasta básica, cuyos precios están subiendo e impactando a las poblaciones más vulnerables. Se eligieron 24 productos para incluir en el programa, unos para suplir, otros para atacar directamente la inflación en su precio y otros para que los más vulnerables no tengan que pagar la inflación. Vamos a buscar una autosuficiencia alimentaria, por lo menos en los sectores más conectados con el campo para que no les falte lo elemental. Por ejemplo, se está sembrando arroz, frijol y maíz para autoconsumo, como una manera de ser autosuficientes. Por otro lado, está el sector agrícola que es el que nos da de comer, que está sufriendo la falta de fertilizantes por ser Rusia y Ucrania grandes productores. Aquí lo que hicimos fue quitarle el arancel al sulfato de amoniaco (necesario para la elaboración de fertilizantes). Otra medida fue el apoyo generalizado, que beneficia a toda la población, en el precio de la gasolina. Este evita una inflación generalizada. Se pasó una medida de no incremento al pago de los peajes, sobre todo para el traslado de granos. Y lo que estamos viendo es que están funcionando en algunos productos más que en otros. Hay ciertos alimentos que han subido mientras otros han bajado.

P. ¿Esto quiere decir que el impacto del programa se ha visto en algunos alimentos?

R. Sí. Cuando hablamos en general de la canasta, no se ha visto una alteración tan grande. Pero nosotros nos enfocamos en los productos que, de acuerdo con Coneval, son los que más consume la población más desfavorecida, económicamente hablando.

P. ¿Se buscó, con este programa, evitar el hambre?

R. Más que un tema de hambre, estas poblaciones afrontan condiciones donde les alcanza para menos y hay que protegerlos.

P. El presidente dijo recientemente que usted pudiera estar en la contienda por la presidencia. ¿Se ve usted en otro gobierno de Morena o cuáles son sus ambiciones después de esta Administración?

R. La palabra ambición tiene muchas connotaciones negativas. ¿Cuál es mi deseo, mi compromiso? Mi deseo es que a México le vaya bien, que al presidente Andrés Manuel le vaya bien, y que México vaya mejorando cada día. En dónde yo tenga que estar para que eso suceda, es donde estaré.

Artículo extraído de: https://elpais.com

Escrito por: Isabella Cota

Enlace del artículo original: https://bit.ly/3Nak5z6