Al pensar en las cualidades de su líder, ¿en qué piensa? Ayuda a crecer, motiva, indica los errores de forma constructiva, o desalienta, hostiga y no valora a los colaboradores. Si su respuesta es como la primera opción, es probable que valores mucho el lugar donde trabajas y admires a los líderes, en cambio, si lo negativo es mayor, incluso puedes considerar renunciar. Eso define si un colaborador se compromete o se va de la organización.

De acuerdo con un estudio de Gallup, 75% de las renuncias laborales se debe a un mal liderazgo. De ahí la importancia de ser un líder positivo.

“Un líder positivo es el que se enfoca en el florecimiento de la organización y las personas, crea resultados excepcionalmente positivos, es energetizante, da vitalidad a los demás, genera conexiones de alta calidad, es atento, confiable y generoso”, explica Pilar Reyes Bernal, coordinadora Académica de la Maestría en Liderazgo Positivo en Universidad Tecmilenio.

Destaca que los líderes necesitan evolucionar para hacer crecer a la organización, pues con este liderazgo, el entorno es más saludable y los colaboradores son felices, lo que conduce a menor rotación laboral,  ausentismo y errores al trabajar, así como mayor productividad y confianza.

No se trata de crear un positivismo donde todo sea bonito, sino transformar la cultura organizacional a una que se base en la confianza, transparencia y respeto, y no caer en el modelo del “jefe” que controla todo, siempre supervisa, inhibe o genera miedo.

“El líder positivo inspira y empodera a las personas”.

La misión del líder

Todas las organizaciones tienen líderes que trabajan en hacer crecer a la empresa; sin embargo, el líder positivo tiene una misión más profunda: generar impacto en todo el entorno.

“Rompen con las normas, van más allá de resolver problemas y ayudan a las personas, no solo generan dinero. Crean soluciones que ayuden a la comunidad y empresa”, dice Bernal.

En esto coincide Renata Maldonado, Directora de Recursos Humanos de Natura y Avon México, quien explica la importancia de tener más líderes positivos, sobre todo en momentos de crisis para que rompan lo cotidiano y cambien el entorno haciéndolo más seguro.

“Se debe tener inteligencia emocional para resolver conflictos sociales y económicos, eso hace a un  es un buen líder, no quién solo hace crecer números”.

A inicios de la pandemia, 49% de los empleados afirmó que sus empresas se preocupaban por ellos a nivel personal y profesional, pero a finales de 2021, la percepción bajó a 18%, revela Gallup.

Cuando inició la crisis sanitaria, se trabajo en el cuidado, lo que parecía ser un camino de la evolución del liderazgo, pero el interés fue cayendo y muestra de ello es que solo 1% de las empresas en México se hicieron flexibles.

Para Maldonado, el liderazgo positivo debe ser la columna vertebral de las empresas y ser más que una tendencia.

«La gente quiere encontrar su felicidad en su lugar de trabajo y nosotros somos el vehículo para que lo hagan, y no solamente su felicidad y bienestar, su propósito de vida. Si lo conjuntan con el trabajo serán más productivos, felices y nosotros como empresas, también seremos más felices«, finaliza.

Artículo extraído de: https://elempresario.mx

Escrito por: Elizabeth López Argueta / El Empresario

Enlace del artículo original: https://bit.ly/3SoDAIb