“México es uno de los países en el que menos días de vacaciones se otorgan. Sin embargo, se ha demostrado que trabajar más días o disfrutar menos vacaciones no necesariamente se asocia con mejores resultados. Incluso existe una correlación positiva entre una fuerza laboral agotada y el deterioro del desempeño, ausentismo, presentismo, enfermedades y rotación”.

El derecho de disfrutar un mayor número de días de vacaciones pagados podría ser aprobado pronto en México. Esta propuesta converge con otros cambios en el entorno laboral y regulaciones para normar nuevos esquemas de trabajo que fueron detonados a raíz de la pandemia Covid-19.

La adopción del esquema de trabajo híbrido y a distancia evidenció la necesidad de gestionar el trabajo por resultados, confiar que el personal trabajaría con el mismo nivel de compromiso aun sin estar presencialmente en el centro de trabajo y mejorar las habilidades de autogestión para mantener la productividad. Aún sin superar la curva de aprendizaje, y en una etapa de perfeccionamiento, la propuesta de aumentar el número de vacaciones contribuye a las mejoras que se están adoptando en beneficio de las organizaciones y su personal en cualquier esquema de trabajo.

México es uno de los países en el que menos días de vacaciones se otorgan. Sin embargo, se ha demostrado que trabajar más días o disfrutar menos vacaciones no necesariamente se asocia con mejores resultados o alto desempeño. Incluso existe una correlación positiva entre una fuerza laboral agotada y el deterioro del desempeño, ausentismo, presentismo, enfermedades y rotación.

De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cargas excesivas de trabajo y los horarios extendidos sin descanso provocan una merma en la salud y en decesos de trabajadores. Los resultados del estudio son contundentes: trabajar 55 o más horas a la semana incrementa 35% el riesgo de accidente cerebrovascular y 17% de padecer enfermedades cardiovasculares, en comparación con trabajar entre 35 y 40 horas a la semana.

Asimismo, la NOM-035 en México define como un factor de riesgo psicosocial a las cargas de trabajo cuando éstas exceden la capacidad de un trabajador en un sentido amplio (cuantitativas, cognitivas o mentales, emocionales, de responsabilidad, así como cargas contradictorias o inconsistentes). Otro factor de riesgo son las jornadas de trabajo extensas, sin pausas y descansos periódicos claramente establecidos y que no cuentan con medidas de prevención y protección del trabajador para detectar la afectación a su salud de manera temprana.

De la misma forma se considera a la interferencia en la relación trabajo-familia, la cual se reconoce cuando de manera constante se tienen que atender responsabilidades laborales durante el tiempo dedicado a la vida familiar y personal, o se tiene que laborar fuera del horario de trabajo.

Estos factores de riesgo de salud y psicosociales, en algunos casos, se han intensificado no solamente a raíz del esquema de teletrabajo, que ha desdibujado los límites de horarios y espacios para las personas teletrabajadoras, sino por la necesidad de una fuerza laboral que trabaja de manera extenuante, incluso para más de un empleador o más turnos, para sobrevivir en un entorno laboral ensombrecido por la pérdida de empleos en algunos sectores afectados por la crisis que ocasionó la pandemia.

¿Más vacaciones igual a salud y productividad?

La aprobación de una reforma para ampliar el mínimo de vacaciones representaría múltiples beneficios tanto para la fuerza laboral como para las empresas al considerar lo siguiente:

  • La creatividad se asocia con momentos de relajación en los que las personas pueden generar nuevas ideas a partir de distintas perspectivas, mientras que condiciones estresantes la inhiben. En un momento en que la innovación es altamente valorada, pareciera un beneficio claro permitir y fomentar estas condiciones.
  • La productividad y el desempeño también se potencializan. Existe un fenómeno que evidencia que cuando se tiene menos tiempo para realizar las tareas o se tienen vacaciones programadas, el talento se enfoca en prioridades para cumplir con las fechas de entrega y pierde menos tiempo en distracciones u otras actividades que no contribuyen al logro de aquello que le permitirá disfrutar su tiempo libre sin preocuparse por temas pendientes o inconclusos.
  • La rotación de personal podría disminuir si la fuerza laboral tiene tiempo para descansar, reponerse de periodos de trabajo estresantes o temporadas de alta carga de trabajo por estacionalidad y equilibrar sus actividades laborales con los compromisos personales y familiares. El tiempo de calidad con la familia y amigos podría mejorar su resiliencia y su capacidad para superar situaciones difíciles, disminuir su irritabilidad, mejorar sus niveles de tolerancia y empatía, así como su capacidad de adaptación.
  • Los niveles de ausentismo por incapacidad podrían reducirse, considerando que la salud mental y física mejora con el descanso. Se ha demostrado que durante las vacaciones el cambio de rutina permite incrementar la actividad física, aportando diversos beneficios como restablecer los ciclos del sueño-vigilia, los cuales en ocasiones son alterados por los altos niveles de estrés y que podrían contribuir a desarrollar padecimientos como ansiedad, depresión, hipertensión y prevenir otros factores desencadenantes de enfermedades como diabetes y cardiovasculares. Por el último, la demanda de los servicios de salud disminuiría al contar con una fuerza laboral más saludable.

Desde hace mucho tiempo se ha hecho énfasis en cómo el descanso permite disminuir el riesgo de enfermedades relacionadas con el trabajo y mejorar el bienestar y la experiencia del talento. Además, para las organizaciones, contar con una fuerza laboral motivada, productiva y saludable les permite incrementar sus niveles de innovación, resiliencia y, en general, mejores resultados de negocio. Pero, ¿qué se requiere para capitalizar estos beneficios?:

  • Adoptar una cultura de alto desempeño, colaboración y trabajo en equipo que apoya el bienestar de sus colaboradores y el derecho a descansar, en el que tomar vacaciones no es interpretado como falta de compromiso o interés en la carrera profesional.
  • La planeación, la gestión de prioridades y coordinación entre los equipos de trabajo y sus líderes con comunicación transparente y oportuna.
  • Habilitación de herramientas y mecanismos que permitan dar seguimiento y redistribuir actividades durante periodos vacacionales sin afectar la calidad y continuidad de la operación.

La implementación de un periodo vacacional legal mayor al contemplado actualmente podría traer impactos positivos para las organizaciones y el talento. Sin duda, se requerirá mejorar la planeación y apoyar en el desarrollo de habilidades de autogestión entre el personal y de gestión de talento entre los los líderes para mejorar la productividad y el enfoque a resultados, pero sobre todo mejorar la consciencia sobre la forma en que ambas partes podrían beneficiarse.

*La autora es socia de Capital Humano y Gestión de Talento de KPMG en México

Artículo extraído de: https://www.eleconomista.com.mx

Escrito por: Olivia Segura

Enlace del artículo original: https://bit.ly/3TC821B