Las organizaciones deben tomar cartas en el asunto, si quieren recuperar y superar los niveles previos al confinamiento, señala Matías Carrocera.

El 2020 nos obligó a hacer un salto al mundo virtual sin pensar en las consecuencias y efectos que podía generar en las personas, tanto a nivel personal como profesional.

Se tradujo en un salto al vacío en el cual, en mayor o menor medida, los colaboradores cargan con secuelas provocadas por el confinamiento y el trabajo remoto llevado al extremo. Afecta a su salud, como también a la productividad y, por consecuencia, el negocio de las compañías.

Por esta razón las organizaciones deben tomar cartas en el asunto, si quieren recuperar y superar los niveles previos al confinamiento.

Parte de los problemas que vemos en los empleados por este home office o trabajo remoto llevado al extremo es la rotación de personal, desmotivación o pérdida del foco. Sufrir por la fuga de talento y contar con personas desmotivados o sin concentración puede transformarse en un problema mayor para las organizaciones.

Por ejemplo, la rotación de empleados se traduce en pérdida de recursos, dinero y tiempo, sumadas las curvas de aprendizajes. Por otro lado, un empleado desmotivado puede generar errores por falta de atención al detalle o simplemente impactar en los procesos y en los resultados.

Sin embargo, debemos tener presente que un aumento de salario puede no ser la solución de raíz del problema de estas categorías. También hay que ser conscientes de que la realidad económica post pandemia aún no les devuelve la libertad financiera a todas las compañías para realizar este tipo de ajustes. Por esta razón, es mandatorio incorporar nuevas acciones y beneficios que funcionen como un efecto multiplicador del bienestar de los colaboradores.

Durante los últimos años se ha visto que las empresas incorporaron planes como incentivar la actividad física o atención psicológica, sumado a apoyos por trabajar desde casa, ya sea con dinero o herramientas, pero es necesario llevar estas acciones al siguiente nivel.

Aprender a emprender

Según el estudio “Estrés Laboral en México 2021”, presentado por la Asociación de Internet MX y OCCMundial, el 60% de los trabajadores encuestados tiene estrés laboral y casi la mitad de ellos no realiza ninguna actividad para bajarlo o controlarlo. Debemos tener presente que esta situación abarca a todo tipo y tamaño de negocio, de personas independientes, empresarios, colaboradores de una start up, una pyme o un corporativo nacional o transnacional.

Esta cifra se generó por el encierro debido al sedentarismo o un cambio abrupto de la rutina a nivel físico, y a nivel psicológico, incertidumbre y ansiedad, paranoia o miedo al contagio, agotamiento mental y quienes han perdido a un ser querido, falta del duelo, según destacan los especialistas entre las consecuencias principales.

Sin hacer mención en cómo ha impactado a nivel de las relaciones, ya sea con una pareja o la familia, y también de quienes están solteros y la nueva dinámica de trabajar en casa. Todas estas situaciones que, con la atención y el seguimiento adecuado, podrían controlarse y evitar que afecten a la salud, y por lo tanto, al desempeño laboral.

Por eso, cuando hablamos de empresas de bienestar, nos referimos a organizaciones que comprenden y entienden a sus colaboradores más allá de la compensación monetaria. A nivel psicológico, incorporar políticas de asesoramiento psicológico por el encierro y “volver a salir”, y acompañamiento terapéutico para quienes superaron el COVID-19. A nivel físico, un experto en nutrición para saber cómo tener una alimentación más saludable, un especialista en orientación a la hora de realizar o retomar alguna actividad física.

Potenciar el sueldo de los colaboradores es un tema prioritario

Este tipo de acciones generará impactos positivos que se podrán traducir en colaboradores motivados con ganas de trabajar, innovar, y sobre todo, con un compromiso reafirmado hacia la compañía. Beneficia a la imagen empresarial o “marca empleador”, lo que se traduce en transformar a la organización en un lugar atractivo para atraer y retener el talento de calidad.

Se traduce, a la vez, en ser una empresa más competitiva, ya que los colaboradores rinden más, se reduce la rotación de personal y se cultiva un equipo de alto rendimiento.

Nota del editor: Matías Carrocera es analista de comunicación y negocios. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Artículo extraído de: https://expansion.mx

Escrito por: Matías Carrocera

Enlace del artículo original: https://bit.ly/3LFIiOw