El estrés laboral y los problemas de salud mental relacionados con el trabajo han pasado a primer plano en los últimos años y se han vuelto prioridad desde la pandemia. Según datos del INEGI en su encuesta de Bienestar Autorreportado, durante el 2021, el 19.3% de la población adulta presentó síntomas de ansiedad severa y otro 31.3% reveló síntomas de ansiedad mínima o en algún grado; el diagnóstico final: la mitad de la población en México padece ansiedad y somos el país con el primer lugar en estrés por el trabajo alrededor del mundo (OMS).

Fue apenas hasta el año 2018 que a través de la publicación de la NOM-035 el gobierno reconoció de manera oficial que el ambiente laboral influye directamente en la salud de los colaboradores y no fue sino hasta el 2022 que se incluyeron dentro de la lista de enfermedades laborales de la Ley Federal del Trabajo, enfermedades mentales como el estrés, la ansiedad, la depresión y el insomnio.

Además de afectar el aspecto social del país, este tipo de padecimientos ocupan a los empresarios y la economía nacional, ya que, según la Organización Internacional del Trabajo, se estima que en nuestro país el estrés laboral cuesta entre 5 mil y 40 mil millones de dólares al año. Se generan gastos derivados de disminución de la productividad, ausentismo, aumento en los accidentes de trabajo e incapacidades laborales por enfermedad, entre muchos otros.

Algunos de los costosos efectos negativos, por ejemplo, son los accidentes de trabajo, ya que el estrés laboral y la ansiedad disminuyen la atención de los colaboradores. El IMSS registró hasta 410,000 accidentes de trabajo en 2019, el último año de condiciones laborales normales antes de que la pandemia cambiara las circunstancias del comportamiento laboral.

También se tiene evidencia de que las enfermedades cardiovasculares se relacionan directamente con el estrés generado en el trabajo, según la experta en salud del trabajo Patricia Cossío, Jefa del Departamento de Salud Pública y Ciencias Médicas de la UASLP, asegura que incluso estos padecimientos generan defunciones.

Factores como:

Un entorno favorable, equilibrio entre la familia y el trabajo, ahorro para el retiro, servicios médicos de calidad y oportunos, son algunas de las expectativas y necesidades actuales de los colaboradores mexicanos y son los temas que, desde ya, están sobre la mesa en los presupuestos de las empresas para el 2023. Los empresarios están ocupados en cómo reactivar económicamente sus negocios y los colaboradores motivados es un factor clave.

Wendy Ruiz Polanco, Gerente de Beneficios en en una empresa de Seguros y Fianzas, comenta que cada vez es más frecuente dentro de sus clientes que los presupuestos del área de Recursos Humanos cuenten con partidas exclusivas para el bienestar del trabajador, “están ocupados en buscar soluciones integrales que le brinden paz mental a sus equipos y sus familias”; afortunadamente existen programas ideados a manera de plataforma total e inteligente de beneficios que brindan herramientas de salud preventiva, salud mental y atención a accidentes y enfermedades.

Algunos de los beneficios más atractivos son, por ejemplo, diagnósticos de salud, consultas médicas y asesoría telefónica y nutricional, combinado con aplicación de guías de acuerdo con los lineamientos de la Nom-035 y terapias virtuales con especialistas en salud mental. La plataforma es personalizada y le permite a cada empresa enfocarse en lo que es más importante para su talento, algunos incluso están combinando los servicios de atención a la salud mental y física con la asesoría financiera para que desarrollen planes de retiro que apoyen también su tranquilidad económica, sin importar si son pequeñas, medianas o grandes empresas.

Artículo extraído de: https://www.eleconomista.com.mx

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