Más de siete mil planteles públicos y privados tienen que plasmar en un programa los riesgos a los que están expuestos; de no tenerlo podrían ser suspendidos.
Las escuelas públicas y privadas en la Ciudad de México están expuestas a decenas de riesgos y peligros internos y externos que pueden afectar a su comunidad estudiantil, docente, administrativa, padres de familia, así como a los visitantes ocasionales.
Se trata de un universo de tres mil 961 escuelas públicas y tres mil 89 escuelas privadas, las cuales alojan a más de 1.6 millones de personas, de acuerdo con datos de la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México.
Aunque la protección civil y seguridad estructural ya estaban regidas de manera general por normas oficiales y protocolos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), ahora los PIPC deben ser específicos y considerar las características de cada plantel, además de que serán supervisados también por el gobierno capitalino.
A la brevedad, las escuelas deberán contar con su plan, de lo contrario, la SGIRPC podría, incluso, suspender la operación de los planteles en tanto cumplan con la medida, advirtió la titular de la dependencia, Myriam Urzúa.
Urzúa indicó que se realizarán recorridos aleatorios para constatar que los responsables de las escuelas y otros inmuebles en la Ciudad de México estén cumpliendo con la medida, como informó Excélsior el 30 de julio.
La dependencia hizo públicos los términos de referencia para la elaboración de los PIPC. En ellos, se determina que las escuelas pueden estar expuestas a riesgos y amenazas internas generadas por las instalaciones eléctricas, de gas, albercas, falta de mantenimiento o problemas estructurales.
También pueden ser vulnerables a fenómenos naturales por su cercanía o colindancia con cerros, ríos, laderas, barrancas, áreas naturales protegidas.
Además de peligros externos como tanques elevados, almacenes de materiales peligrosos, torres de cables con alta tensión, transformadores eléctricos, rutas aéreas, puentes o desniveles y circulación de transporte pesado, entre otros.
Es necesario conocer el nivel de riesgo de la escuela, el cual implica la evaluación de riesgo y estudio de las causas de las posibles amenazas o peligros que inciden sobre estos; así como, la evaluación de las consecuencias que los fenómenos perturbadores pueden producir sobre los mismos”, indican los términos de referencia publicados en la Gaceta Oficial.
Publican listado de plantas venenosas
La SGIRPC determinó que la comunidad escolar también podría estar expuesta a riesgos por plantas venenosas y sustancias tóxicas.
Ante ello, publicó una lista de 22 plantas tóxicas que pueden generar en las personas desde somnolencia hasta gastroenteritis y asfixia, entre otros padecimientos.
Entre ellas se encuentran el Floripondio, que puede producir midriasis, sequedad de mucosas, piel caliente y amnesia; la Begonia, que puede afectar el aparato digestivo; el Huele de Noche, que altera el sistema nervioso central, y la Colita de Borrego, que causa daño cardiovascular.
La dependencia también compartió una lista de 156 sustancias que podrían encontrarse en los planteles, como amoniaco, cloro, gas natural y gasolina.
Identificación
Es necesario que los planteles determinen a cuántos y cuáles riesgos están expuestos para incluirlo en su Programa Interno de Protección Civil.
- Amenazas internas: Van desde instalaciones eléctricas o de gas hasta daños estructurales.
- Alerta: Las autoridades publicaron un listado de 22 plantas tóxicas y 156 sustancias tóxicas que se deben considerar.
- Peligros externos: Pueden ser vulnerables por tanques de gas elevados, transformadores de luz, circulación de vehículos pesados, entre otros.
- Fenómenos naturales: Las escuelas deben determinar si se localizan en áreas susceptibles a inundaciones o deslaves, entre otros, por su cercanía con cerros o ríos.
Artículo extraído de: https://www.excelsior.com.mx
Escrito por: Jonás López
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Ilustración: HtcHnm PIXABAY