Jordi Alemany, experto en negocios y empresas, ha explicado en el podcast Be Skiller cómo identificar las tres fases de este agotamiento crónico

El estrés laboral es una realidad que afecta a miles de personas en todo el mundo. La sobrecarga de tareas, la falta de recursos y la presión constante pueden llevar a una situación extrema conocida como burnout o síndrome de desgaste profesional. Jordi Alemany, experto en negocios y empresas, ha explicado en el podcast Be Skiller cómo identificar las tres fases de este agotamiento crónico, basándose en la teoría de la psicóloga Cristina Maslach, una de las principales referentes en el estudio del burnout.

Si alguna vez has sentido que ir a trabajar se convierte en una carga insoportable o que tu entorno laboral ya no te aporta nada positivo, quizás estés atravesando una de estas etapas.

Fase 1: Desconexión de la tarea

La primera señal de alarma. Aparece cuando empiezas a distanciarte de tu propio trabajo. Lo que antes te motivaba ahora te agobia, sientes que la carga de tareas es excesiva y que no cuentas con los recursos suficientes para afrontarla.

Este nivel de burnout puede manifestarse en pensamientos como:

  • “Me cuesta cada vez más levantarme para ir a trabajar”
  • “Estoy agotado antes de empezar el día”
  • “Siento ansiedad los domingos pensando en la semana laboral”

En esta etapa, el agotamiento aún es reversible. Tomarse un descanso, gestionar mejor el tiempo y buscar apoyo dentro de la empresa pueden ayudar a evitar que la situación empeore.

Fase 2: Desconexión de los compañeros

Cuando el agotamiento laboral se intensifica, la frustración no solo se dirige hacia el trabajo en sí, sino también hacia el entorno laboral. En este punto, el trabajador siente que sus compañeros no le apoyan, que la relación con su jefe se ha deteriorado y que la empresa no está interesada en su bienestar.

Algunos pensamientos recurrentes en esta fase pueden ser:

  • “No me gusta la gente con la que trabajo”
  • “Mi jefe no me entiende y no le importa cómo me siento”
  • “No encajo en esta empresa”

Esta fase suele ser irreconciliable. “Ni actividades de team building, ni clases de yoga ni incentivos superficiales solucionarán el problema”, explica Alemany, porque el vínculo emocional con el trabajo se ha roto por completo. La única solución en estos casos es una intervención real en la cultura organizacional o, en muchos casos, buscar un cambio de empleo.

Fase 3: Desconexión de uno mismo

La tercera y más grave fase del burnout es cuando el trabajador ya no solo siente rechazo por su entorno, sino que empieza a dudar de su propia valía. En este nivel, la persona llega a convencerse de que el problema es él mismo, que no sirve para trabajar y que nunca encontrará un empleo en el que pueda encajar.

Frases como estas suelen aparecer en esta fase:

  • “Soy un inútil, no valgo para este trabajo”
  • “No sirvo para ninguna empresa”
  • “Es culpa mía, no del trabajo”

Cuando el burnout alcanza este punto, ya no es solo un problema laboral, sino un grave problema de salud mental. Tal y como explica Jordi Alemany, estos casos requieren atención médica, ya que pueden derivar en trastornos como ansiedad, depresión o incluso el abandono total del ámbito profesional.

¿Cómo evitar el burnout?

La clave para no caer en esta espiral de agotamiento pasa por la prevención. Algunos consejos para evitar el burnout incluyen:

  • Establecer límites claros entre la vida laboral y personal
  • Aprender a decir no ante una sobrecarga de tareas
  • Buscar apoyo en compañeros o supervisores
  • Desconectar del trabajo fuera del horario laboral
  • Priorizar el autocuidado, el descanso y la actividad física

Si sientes que el burnout está afectando tu salud mental, es importante que busques ayuda profesional y, si es necesario, consideres hacer un cambio en tu entorno laboral

Artículo extraído de: https://www.lavanguardia.com

Escrito por: Marc Mestres

Enlace del artículo original: https://shorturl.at/NVjys

Fotografía: AngelaL_17 PIXABAY