Los vínculos entre el trabajo y el hogar de muchas mujeres se deterioraron desde el inicio de la pandemia debido al incremento de tareas en ambos espacios.

El burnout es la sensación de agotamiento o cansancio excesivo, producido por el estrés laboral, que afecta de forma emocional y física a las personas que lo padecen. Sus síntomas son similares a la depresión, pues produce desde malestares físicos así como disminución en la motivación e involucramiento en el trabajo. Y, aunque es un fenómeno que se presenta tanto en hombres como en mujeres, son estas últimas las más susceptibles de experimentarlo.

Son ellas las que sufren más debido a la sobrecarga de labores, pues dedican 43 horas semanales, en promedio, a tareas del hogar y cuidado no remunerado, 2.3 veces más que los hombres, según cifras del año pasado de la organización México Cómo Vamos. A ello hay que sumar el estrés laboral que representa para muchas mujeres mantener su puesto o crecer profesionalmente.

Para lidiar con el estrés colectivo que equipos enteros experimentan desde la irrupción de la pandemia, algunas líderes comparten consejos sobre cómo manejaron la situación para cuidar de la salud de sus colaboradoras y colaboradores.

Jacqueline Pusas, directora de Recursos Humanos en Reckitt , explica que el burnout es un problema prioritario para las organizaciones, que deben comprometerse a cuidar a las personas de sus equipos que se sienten así y prevenir para que no lleguen a ese punto.

1. Aprende a leer las señales

«Hace tiempo lideraba un proyecto de gran exposición con un alto nivel de dificultad y sentido de urgencia. Al ir avanzando, noté que un miembro del equipo comenzó a tener ciertos cambios de actitud, pues era muy comprometida con las tareas del día con día, pero empezó a aislarse, así que me acerqué a ella para platicar al respecto», explica. «Su reacción fue empezar a llorar. Esto encendió mi alarma y así fue como generamos un plan inmediato de apoyo, basado en la escucha y empatía, además de otros pilares de soporte. Muchas veces hay que abrir ese canal proactivamente para detectar que un compañero está teniendo dificultades en la parte emocional aunque laboralmente siga presentando excelentes resultados», agrega.

De acuerdo con Pusas, esa experiencia fue determinante en su carrera como líder, pues fue una gran oportunidad para reconocer estos casos.

2. Busca ayuda de profesionales

«En Reckitt decidimos buscar a una empresa especializada, la cual implementó el programa Bienestar. Éste condujo al compromiso para que a todos los ejecutivos senior de Reckitt les fueran asignados coaches expertos para guiarlos en su liderazgo y, posteriormente, realizar evaluaciones semestrales», explica Pusas.

El resto de los colaboradores también cuentan con una plataforma digital donde pueden encontrar ejercicios, apoyo nutricional, actividades para ejercitar la mente, pausas activas, entre otras.

3. Mide el clima anímico de tu equipo

De igual forma, la directora de Recursos Humanos en Reckitt señala que en la compañía se implementó un micrositio con artículos, reflexiones de bienestar, encuestas de satisfacción y un espacio para comentar las áreas de oportunidad.

La encuesta es anual y mide el clima laboral con la evaluación de secciones relacionadas con bienestar, psicología, finanzas personales y de orden jurídico.

«Los resultados podemos observarlos en la convivencia diaria pero, de forma cuantitativa, el año en el que se utilizaron con mayor frecuencia estos programas fue 2020», dice.

4. Aprender a frenar el ritmo
Del otro lado de la experiencia se encuentra Regina Athié, cofundadora y CEO de Cuéntame, una consultora que se encarga de asesorar a empresas sobre salud mental y quien sí atravesó por un episodio de burnout.

«En 2021, me di cuenta de que sí tenía burnout porque tenía muy poca energía. Hasta las juntas con clientes me agotaban, desde la planeación de las mismas», dice.

Otro síntoma que identificó fue que, al estar más irritable, su trato a la gente que le rodeaba era muy rudo y su paciencia se redujo a niveles complicados para la dinámica laboral.

Athié llevaba un largo periodo sin tomar vacaciones y, tras detectar que empezó a sufrir ataques de pánico, decidió tomar un periodo de descanso.

«Aprendí que las personas funcionamos como un motor: si no frenas, si no haces pausas, el motor se va a quemar y eso fue lo que me pasó», dice.

A partir de ello visibilizó la importancia del descanso para su equipo de trabajo aplicando jornadas más flexibles que se denominaron días de salud mental (un día libre cada 15 días, adicional a los descansos semanales).

5. Sumar a todos a las pláticas
Aunque una líder de equipo sea consciente de la importancia de cuidar la salud mental propia y de su equipo de trabajo, a veces no será suficiente para realizar cambios sustanciales en las dinámicas de trabajo. Por ello, la sensibilización sobre estos cuidados debe permear desde las cúpulas de decisión en cada empresa a cada área de la misma.

«Durante la pandemia se acercaron varias empresas que nos pidieron asesoría porque miembros de los consejos de las compañías donde trabajaban les empezaron a pedir reportes mensuales sobre cuántas personas de sus equipos tenían burnout y sobre cuántas recibieron algún tratamiento», explica Athié.

6. Abrir canales de confianza

El burnout no siempre se origina por motivos laborales, pero siempre se manifiesta en esa esfera. Y para la emprendedora, ésa es razón suficiente para establecer canales seguros, en términos de confidencialidad y confianza, para que colaboradoras y colaboradores se puedan acercar con cualquier líder de equipo a exponer situaciones que le provoquen angustia y un estado de malestar prolongado.

7. Anticípate a un estado de agotamiento
Jacqueline L’Hoist, directora de la Unidad de Género de Grupo Salinas, cuenta que, aunque la pandemia fue un hecho sin precedentes y que nadie podía prever el alcance y las consecuencias que tendría, se apuró a proponer talleres que dieran contención emocional a quienes lo necesitaran, no sólo mujeres.

«En 2020 le propuse que todas las personas que tuvieran equipos que tomaran conmigo talleres para resolver conflictos internos como hostigamiento laboral, carga laboral, pero también otros temas personales como el miedo ante la incertidumbre de algo que nadie de nosotros había pasado jamás. Creo que fue de gran utilidad porque con el home office hasta hablamos de cómo evitar el mobbing laboral [el acoso laboral por parte de jefes o compañeros de trabajo]», contó.

Para ella, el acierto fue doble: los talleres se aplicaron desde el inicio, mucho antes de que se vieran los efectos del burnout, y que se aplicaran a todos los colaboradores por igual pese a que la capacitación salió de la Unidad de Género.

«Al final, estos colaboradores regresaron a sus casas y pudieron incluso dar contención a sus parejas o a sus familias enteras», dice.

Artículo extraído de: https://mujeres.expansion.mx/

Escrito por: Ana Grimaldo

Enlace del artículo original: https://bit.ly/3uF3M6m

Los vínculos entre el trabajo y el hogar de muchas mujeres se deterioraron desde el inicio de la pandemia debido al incremento de tareas en ambos espacios.